MADRID, 20 Feb. (EUROPA PRESS) -
Mientras comemos, es posible que nos atragantemos con un trozo de alimento. Lo mismo ocurre cuando los niños juegan, pues sin querer pueden introducirse un pequeño objeto o juguete en la boca, con el evidente riesgo de asfixia. En general, se trata de ahogos leves. Pero no siempre es así. ¿Cómo debemos actuar en caso de atragantamiento?
La doctora Adriana Pérez, responsable de la Unidad de Disfagia del Equipo de Otorrinos del Dr. Ortiz, del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, ha señalado que en el caso de un atoro leve, lo primero que hay que hacer es toser, pues esto permitirá una desobstrucción de la vía aérea.
En caso de asfixia por atragantamiento, lo recomendable es realizar la maniobra de Heimlich, también llamada compresión abdominal. "Es un procedimiento de primeros auxilios para desobstruir la vía respiratoria, normalmente bloqueada por un trozo de alimento o cualquier otro objeto. Debe usarse únicamente en los casos de obstrucción grave de la vía aérea, cuando la persona ya no puede hacer ningún ruido", ha detallado la especialista.
La doctora Pérez ha aclarado que "los golpes interescapulares (en la espalda) pueden agravar la obstrucción, debido a la fuerza gravitacional, convirtiendo una obstrucción leve en una grave".
¿CÓMO HACER LA MANIOBRA?
En el caso de los adultos, para ejecutar la acción hay que proceder del siguiente modo: con el sujeto de pie, se le abraza por la espalda con los dos brazos.
En esta posición se presiona con una mano cerrada y la otra recubriendo la primera. Se debe apoyar el puño con el pulgar sobre el abdomen y presionar hacia el centro del estómago, justo por encima del ombligo y bajo las costillas de la persona.
Si no hay nadie que acompañe a la persona que se ha atragantado, esta debe tomar una silla con respaldo, cogerla por debajo del asiento, situarla por debajo de las costillas y empujar hacia arriba con fuerza, para conseguir expulsar el objeto asfixiante.
Si se trata de pequeños menores de 2 años, debe tenderse al pequeño boca arriba, encima de una superficie rígida. Apoyando las manos una encima de la otra, entre el esternón y el ombligo, se debe empujar varias veces en dirección al tórax.
En niños mayores, la maniobra, según la doctora Pérez, puede realizarse como en los adultos, ya que es muy efectiva. Por esta razón, la maniobra de Heimlich también es aconsejable en niños mayores de dos años.
Por último, si se trata de lactantes, se pone al bebé boca abajo sobre el antebrazo. Se dan cinco palmadas en su espalda con la base de la palma de la mano libre entre los omóplatos.
Si el objeto no sale, se debe voltear al bebé sobre la espalda. Trazar una línea imaginaria entre sus tetillas y con dos dedos y aplicar cinco compresiones en el pecho.
"Hay que alternar cinco palmadas en la espalda y cinco compresiones en el pecho hasta que el objeto sea expulsado y el bebé respire, tosa o llore", ha concluido la otorrinolaringóloga.