MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) -
El paro cardíaco súbito (SCA) es una de las principales causas de muerte a nivel global, caracterizado por su alta tasa de mortalidad y su aparición impredecible. A pesar de los avances en el tratamiento de enfermedades cardiovasculares, el paro cardíaco súbito sigue representando un reto significativo para la salud pública.
Diversos factores de riesgo han sido identificados en estudios anteriores, como enfermedades cardíacas preexistentes, hipertensión y estilos de vida poco saludables. Sin embargo, la comprensión de los factores menos evidentes que podrían contribuir a la incidencia sigue siendo limitada.
Identificar y abordar estos factores modificables es crucial, ya que podrían ofrecer nuevas oportunidades para la prevención del paro cardíaco súbito. Este enfoque más holístico podría permitir el desarrollo de estrategias de salud pública más efectivas, dirigidas a mitigar la carga de esta condición tan devastadora.
IDENTIFICAN CASI 60 FACTORES DE RIESGO NO CLÍNICOS ASOCIADOS
Este es el objetivo de nuevo estudio del Universidad de Fudan, Shanghái, China, que identifica 56 factores de riesgo no clínicos asociados con el paro cardíaco súbito, que abarcan el estilo de vida, las medidas físicas, los factores psicosociales, el nivel socioeconómico y el entorno local; y ofrece evidencia contundente de que mejorar estos factores desfavorables podría prevenir hasta el 63% de los casos de paros cardiacos súbitos.
El artículo, publicado en 'Canadian Journal of Cardiology', por Elsevier, muestra nuevas perspectivas sobre cómo el estilo de vida y los factores ambientales pueden contribuir a la prevención.
En Canadá, se estima que ocurren 60.000 paros cardíacos súbitos al año. Un enfoque fiable y práctico para mitigar la carga del el paro cardíaco súbito implica investigar los factores de riesgo modificables a largo plazo y, posteriormente, formular medidas preventivas. Sin embargo, persisten importantes lagunas de conocimiento sobre la prevención del el paro cardíaco súbito.

El investigador principal y primer autor del artículo, Huihuan Luo, explica que todos los estudios previos que investigaron los factores de riesgo del paro cardíaco súbito se basaron en hipótesis y se centraron en un número limitado de factores de exposición candidatos basados en conocimientos previos o marcos teóricos.
"Realizamos un estudio de asociación de todo el exposoma, que examina la relación entre una amplia gama de exposiciones ambientales y los resultados de salud utilizando datos del Biobanco del Reino Unido, seguido de una aleatorización mendeliana para evaluar las relaciones causales. El estudio encontró asociaciones significativas entre varios factores modificables y el paro cardíaco súbito, siendo los cambios en el estilo de vida los más impactantes en la prevención de casos", señala.
SE PODRÍA PREVENIR EL 40% DE LOS CASOS DE PARO CARDÍACO SÚBITO
Según el estudio, al eliminar un tercio de los factores de riesgo más importantes (eliminación conservadora) se podría prevenir el 40% de los casos de paro cardíaco súbito; cifra que aumenta al 63% si se eliminan los dos tercios más graves de todos los factores de riesgo (eliminación exhaustiva).
Los hábitos de vida parecieron ser los que más contribuyeron a la prevención del paro cardíaco súbito, representando el 13% y el 18% de los casos del paro cardíaco súbito con eliminación conservadora y exhaustiva, respectivamente.
Los investigadores sorprende porque entre los factores que señalan como protectores se encuentra el consumo moderado de champán y vino blanco, al mismo nivel que una mayor ingesta de fruta o mantener un estado de ánimo positivo, controlar el peso, la presión arterial o mejorar la educación.

¿VINO Y CHAMPAN Y PASAR TIEMPO EN EL ORDENADOR ES BUENO?
El estudio confirmó varios factores que podrían priorizarse para ensayos clínicos basados en hipótesis y su implementación como estrategias de salud pública, incluyendo el tiempo de uso de en el ordenador, el consumo de champán y/o vino blanco, la ingesta de fruta, el estrés psicosocial, los factores relacionados con la obesidad, la presión arterial sistólica y la educación.
El motivo es que en el analisis, que recuerda que está más que confirmada la relación entre el consumo de alcohol y el riesgo de enfermedades cardiorrespiratorias, al ser observacional los resultados específicos de las bebidas sugirieron que el consumo de ciertos tipos de alcohol, como el vino tinto y blanco, podría proteger contra la muerte súbita cardíaca, aunque no es concluyente.
Del mismo modo, señala que el ejercicio vigoroso puede desencadenar un evento cardíaco agudo, los estudios epidemiológicos han revelado un riesgo reducido de paro cardíaco súbito en relación con la actividad física regular de moderada a vigorosa. Sin embargo, lo cierto es que los beneficios del ejercicio para la salud no se ponen en duda.
CINCO HALLAZGOS SORPRENDENTES
Consumo de alcohol: El consumo moderado de vino tinto y blanco podría tener un efecto protector contra el SCA, aunque se pide investigar más.
Actividad física regular: La participación en actividad física moderada a vigorosa se asoció con un menor riesgo de paros cardíacos repentinos.
Sueño: La duración de sueño tanto insuficiente como excesiva se vinculó con un mayor riesgo de paros cardíacos repentinos, sugiriendo que los patrones de sueño desfavorables pueden contribuir al desarrollo de esta condición.
Educación y nivel socioeconómico: El estudio reveló que un nivel educativo más alto y un nivel socioeconómico más alto podrían proteger contra el paros cardíacos repentinos.

RECOMENDACIONES PARA LA PREVENCIÓN
Modificación del estilo de vida: Promover cambios en los hábitos de vida es clave para reducir la carga del SCA. Se debe fomentar la actividad física regular, una dieta equilibrada, y mejorar los hábitos de sueño.
Acciones a nivel comunitario: Mejorar el entorno local mediante la gestión de la contaminación del aire y la planificación urbana también puede reducir el riesgo de SCA.
Concienciación pública: Se recomienda que los gobiernos y autoridades de salud pública impulsen campañas para promover la modificación de los estilos de vida y la reducción del estrés psicosocial.