7 hábitos a evitar si no quieres disfunción eréctil
MADRID, (EDIZIONES)
La disfunción eréctil es uno de los problemas sexuales que más suelen afectar a los hombres en muchos aspectos, y que además les es difícil de llevar. Aunque se tiene más probabilidad de padecerla con la edad, la vejez no es la causa y se puede tratar a cualquier edad.
¿En qué consiste? Se detecta cuando el hombre puede tener una erección en ocasiones, pero no cada vez que desea tener relaciones sexuales; o bien cuando tiene una erección pero no por el tiempo necesario para poder tener relaciones sexuales; o no tiene ninguna erección. Eso sí, tiene remedio, y a menudo representa un síntoma de otro problema de salud, o de un factor relacionado con la salud.
En este sentido, Francisco Javier Giraldez, especialista del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa (Sevilla) indica, en una entrevista con Infosalus, que la disfunción eréctil puede producirse a cualquier edad, notándose después de la adolescencia, aunque lo normal es que se produzca a partir de los 45 - 50 años, y se hace más patente conforme la edad avanza, acorde a la necesidad de la función reproductora. Cuando aparece en edades tempranas suele existir alguna enfermedad concomitante, precisa.
Según resalta, sus signos suelen ser obvios puesto que consisten en la disminución de la función del órgano sexual masculino, bien por la falta de rigidez, o por detumescencia rápida, constituyendo un problema más o menos serio dependiendo de la relación de pareja. Puede tener un comienzo brusco donde es menos dificultoso encontrar una causa tratable, o lo que es mucho más frecuente, lo hace de forma lenta y progresiva, describe el urólogo.
Un aspecto importante a tener en cuenta, a su juicio, es que a veces la disfunción eréctil es la primera manifestación de otra enfermedad sistémica no diagnosticada, como una hipertensión o una diabetes. Por eso una valoración general es importante en la evaluación de una disfunción eréctil, remarca el especialista del Servicio de Urología del Hospital Quirónsalud Infanta Luisa (Sevilla).
SUS CAUSAS PUEDEN SER MÚLTIPLES
Sobre los hábitos que pueden favorecer el desarrollo de la disfunción eréctil, el urólogo indica que todo aquello que aumente los factores de riesgo cardiovascular, como la hipertensión arterial, la mala alimentación, o la obesidad; así como el mal control de enfermedades sistémicas como la diabetes; el alcohol; el tabaco u otras drogas sociales; o el uso de anabolizantes; ya que aumentan considerablemente la frecuencia de disfunción eréctil.
Las causas pueden ser múltiples y habitualmente coexisten varias de ellas. Para hablar de las causas tenemos que pensar en el pene como en un recipiente elástico con una entrada (arterial), y una salida (venosa), que se abren y cierran según se les ordene (sistema nervioso). Cuando se llena a presión a través de las arterias aumenta su tamaño y su rigidez. Una vez terminada la función sexual se abre el desagüe de la vía venosa y el pene entra en flacidez y encoge, describe el experto.
Así, indica que puede tener: Origen orgánico, cuando hay algún problema del funcionamiento de nuestro organismo de forma primaria, y donde existen tres posibles variantes, la vascular arterial, la vascular venosa, y la neurológica; tras alguna cirugía pélvica; o bien causas psicógenas, en donde nuestros pensamientos juegan el papel principal y no nos dejan libres.
Por otro lado, el doctor Giraldez menciona que hasta ahora nunca se había identificado ninguna relación entre la disfunción eréctil y el genoma humano, el que se heredara esta patología de padres a hijos, pero resalta que recientemente se ha descubierto que existe un determinado locus en el cromosoma 6, que asocia un riesgo mayor de padecer disfunción eréctil. Esto es sumamente interesante porque abriría las puertas a futuras investigaciones, y a nuevos tratamientos. No obstante, aún es pronto para hablar de carga genética en la disfunción eréctil, precisa.
SE PUEDE SOLUCIONAR
A pesar de presentarse la disfunción eréctil, el experto indica que lo primero que hay que hacer es eliminar en lo posible los factores de riesgo antes mencionados. En cualquier caso las opciones de tratamiento hay que individualizarlas, según insiste, ajustándose en cada caso a las necesidades del paciente, siendo siempre justos con las expectativas reales.
En las causas orgánicas de origen vascular, Giraldez señala que los fármacos orales tan ampliamente conocidos son el tratamiento de primera línea, y suelen tener una efectividad bastante alta, en alrededor del 72% de los pacientes, puntualiza.
Cuando no se consigue una mejoría suficiente, se piensa entonces en otras alternativas, desde cremas o supositorios intrauretrales; a inyecciones intracavernosas (hace unos años la única opción efectiva de tratamiento); o bien en dispositivos mecánicos, como bandas elásticas de compresión o dispositivos de vacío. En última instancia siempre existe la posibilidad de colocar una prótesis de pene cuando ninguno de estos medios, solos o combinados entre sí, consigue una funcionalidad suficiente, alerta el doctor.
Mención aparte merece el tratamiento con ondas de choque de baja intensidad, según indica el experto de Quirónsalud Infanta Luisa de Sevilla, una técnica que, según explica, estimula la neovascularización intracavernosa, e intenta restablecer los mecanismos de entrada de sangre y de retención, es inocuo para el paciente, y es perfectamente compatible con otros tratamientos.
En las causas psicógenas dice que lo fundamental es aislar el problema y darle solución desde un punto de vista psicológico. Para eso existen consultas de sexología, que es una rama de la Psicología que se encarga del estudio y del apoyo terapéutico de la disfunción eréctil con este origen. Es importante reseñar que muchas veces una causa orgánica termina causando un componente emocional, que añade dificultad a la curación, por eso contar con un gabinete sexológico es un punto a favor para la curación de la enfermedad, reconoce Giraldez.