MADRID, 17 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las personas que son adictas a la cocaína son particularmente propensas a desarrollar hábitos que hacen que su comportamiento sea resistente al cambio, sin importar las consecuencias potencialmente devastadoras, según sugiere una nueva investigación de la Universidad de Cambridge, en Reino Unido.
Los hallazgos pueden tener implicaciones importantes para el tratamiento de la adicción a la cocaína, ya que ayudan a explicar por qué estas personas toman drogas, incluso cuando son conscientes de las consecuencias negativas, y por qué tienen tantas dificultades para cambiar su comportamiento.
"La adicción no sucede durante la noche sino que se desarrolla a partir del comportamiento que repetido una y otra vez hasta que los individuos pierden el control", detalla la directora de la investigación, Karen Ersche, del Departamento de Psiquiatría de Cambridge.
En un estudio publicado este jueves en la revista 'Science', Ersche y sus colegas evaluaron a 125 participantes, de los cuales 72 eran adictos a la cocaína y 53 no tenían antecedentes de adicción a las drogas, en cuanto a su inclinación a desarrollar hábitos.
Los autores encontraron que las personas con adicción a la cocaína eran mucho más propensas que los participantes sanos a responder de forma automática, pero sólo si previamente habían sido recompensados por responder de la misma manera. Las personas adictas continuaron repitiendo las mismas respuestas que habían aprendido previamente, con independencia de que sus acciones tuvieran sentido o no.
Sin embargo, en un contexto diferente, donde los participantes tuvieron que realizar una acción para evitar descargas eléctricas, las personas con adicción a la cocaína no desarrollaron hábitos. De hecho, eran mucho menos propensas que los participantes de control a hacer un esfuerzo para evitar la descarga eléctrica.
INCAPACIDAD DE CAMBIAR EL HÁBITO A PESAR DE SUS EFECTOS
"Nuestros experimentos ponen de relieve las dificultades particulares a las que se enfrentan cuando se trata de cambiar el comportamiento de las personas con adicción a la cocaína: son muy sensibles si su comportamiento es recompensado pero luego rápidamente cambian al piloto automático, llegando a ser incapaces de cambiar ese comportamiento a la luz de las diferentes consecuencias --relata Ersche--. Por el contrario, cuando los consumidores de cocaína se enfrentan a la adversidad, son menos propensos que las personas sanas a hacer algo al respecto".
"Estos resultados tienen implicaciones importantes para el tratamiento de las personas con adicción a la cocaína. Es evidente que los enfoques punitivos son ineficaces, ya que la posibilidad de que les suceda algo malo no hará que los consumidores de cocaína sean más propensos a cambiar su comportamiento", añade.
"Es probable que sean más eficaces intervenciones que se basan en su fortaleza particular para desarrollar hábitos, mediante la formación de la puesta en práctica de hábitos más deseables que reemplacen a los hábitos del consumo de drogas. Nuestros resultados también sugieren que los consumidores de cocaína tendrían que ser protegidos de forma activa --en lugar de simplemente advertidos_ sobre las consecuencias adversas porque probablemente fallarán a la hora de evitarlos si se les deja a su suerte".
Actualmente no existe un tratamiento médico para la adicción a la cocaína, de forma que la mayoría de las personas se tratan con terapias habladas o cognitivas, pero según Ersche, los resultados muestran un enfoque diferente para tratar la adicción a la cocaína que puede ser más beneficioso para los consumidores de cocaína.
Los investigadores ahora están trabajando para entender mejor los sistemas cerebrales que subyacen a la propensión de los consumidores de cocaína a los hábitos y su falta de fuerza para evitarlos y emplear este conocimiento para desarrollar tratamientos más eficaces contra la adicción a la cocaína.