El estudio estima que un varón tiene un 24% de probabilidades de fumar si sus padres lo hacen y las hijas un 23%
SANTIAGO DE COMPOSTELA, 27 Ene. (EUROPA PRESS) -
Existe una relación causal entre el hábito de fumar de los padres y de los hijos, ya que podría transmitirse de unos a otros, según un estudio realizado por la investigadora de la Universidade de Santiago (USC) María Loureiro García.
La USC ha informado de que la investigadora ha publicado un artículo al respecto en el Boletín de Economía y Estadística de la Universidad de Oxford, en colaboración con compañeras de la Universidad Autónoma de Barcelona y de la Universidad de Roma Tor Vergata.
Las investigadoras destacan una serie de novedades con respecto a resultados de trabajos anteriores en este ámbito. "A la hora de modelizar el hábito de fumar consideramos que pueden existir factores no observables comunes a padres e hijos que, de manera conjunta, determinen el hábito de fumar en una familia", ha señalado Loureiro.
En esta línea, ha apuntado que estudios previos indican que la transmisión entre generaciones de las actitudes de riesgo "es importante" y que las preferencias temporales de los hijo y los padres pueden estar correlacionadas.
En concreto, según los datos presentados por la profesora María Loureiro, las probabilidades estimadas de que el hijo fume si los dos padres lo hacen es de un 24 por ciento, y se reduce la posibilidad a casi el 12 por ciento su ninguno tiene el hábito.
En el caso de las hijas, la probabilidad de fumar si ambos progenitores lo hacen se estima en un 23 por ciento y se reduje también al 12 por ciento si no son fumadores.
PERSPECTIVA DE GÉNERO
Además, el estudio analiza el hábito del tabaquismo desde la perspectiva de género, es decir, cómo de manera separada e individual la probabilidad de que el padre o madre fumen afecta de modo diferente al hijo o hija.
Este análisis se llevó a cabo tanto en hogares donde conviven los dos padres como en monoparentales, encabezados en su mayoría por madres.
Los resultados obtenidos, según ha señalado la USC, para los hogares donde los padres están presentes indican que existe "un grado importante" de transmisión intergeneracional del hábito de fumar entre padres e hijos, en especial entre individuos del mismo género.
Según las investigadoras, los padres transmiten de forma estadísticamente significativa el hábito de fumar a sus hijos y las madres a sus hijas. Por contra, el hecho de que la madre fume "no parece afectar a la probabilidad de que el hijo fume, ni tampoco el hecho de que el padre fume afecta a la hija".
IMITACIÓN
A la vista de estas conclusiones, y tras tener en cuenta las condiciones socioeconómicas, precios del tabaco y localización del hogar, las investigadoras han destacado que las hijas "tienden a imitar a sus madres y los hijos a sus padres".
En cuanto a los hogares monoparentales, los resultados demuestran que el hábito de fumar de la madre se transmite de manera "estadísticamente significativa" a sus descendientes. En este caso, la probabilidad de fumar para un hijo si la madre lo hace es de un 32 por ciento y de un 28 por ciento para una hija.