MADRID 20 Mar. (EUROPA PRESS) -
Científicos de la Universidad de Manchester, en Reino Unido, han arrojado nueva luz sobre un grupo poco conocido de infecciones de lombrices, que colectivamente aflige a una de cada cuatro personas, principalmente niños, en el mundo en desarrollo. Según los profesores Richard Grencis e Ian Roberts, los tricocéfalos, que se entierran en el intestino grueso, tienen su propia flora intestinal que vive dentro de sus propios intestinos y que ayuda al gusano a crecer y prosperar.
Este tipo de gusano se asemeja a un látigo y causa la enfermedad conocida como tricuriasis, una infección que se desarrolla después de ingerir huevos de tricocéfalos del suelo contaminado. El descubrimiento, publicado en 'Science Advances', podría allanar el camino para tratamientos farmacológicos más efectivos para estos gusanos, que causan síntomas debilitantes y graves.
Se necesitan urgentemente nuevas soluciones al problema, ya que los tricocéfalos son más difíciles de tratar que otros parásitos gusanos que viven en el intestino y la resistencia al tratamiento es un problema preocupante. Según el equipo, las bacterias que se encuentran en el intestino del gusano de 2 centímetros de largo son inesperadamente diferentes del intestino en el que viven.
Se había descubierto previamente que los huevos de los parásitos son estimulados a eclosionar por la flora intestinal del huésped. Pero ahora estos expertos han descubierto que los cambios en las bacterias del huésped causadas por la infección elevan la supervivencia de los gusanos al reducir el número de nuevos huevos de gusano látigo que eclosionan, por lo que mantienen sus propios números bajos.
Eso, dicen estos expertos, previene la acumulación de infección, que de lo contrario llevaría a la resistencia del huésped y la eliminación de los gusanos por el sistema inmune. Es más común en personas que viven en regiones con climas cálidos y húmedos y en áreas con poca higiene y condiciones de salubridad, pero también fue común en climas templados de todo el mundo en el pasado.
COMPRENDER LA BIOLOGÍA PARASITARIA
El parásito puede causar diarrea, vómitos, náuseas, anemia y pérdida de peso, así como retrasar el crecimiento en los niños. El profesor Grencis dice: "Aunque el gusano en forma de látigo causa problemas generalizados en todo el mundo en desarrollo, es un área que necesita mucha más investigación, por lo tanto, es clasificada como una de las Enfermedades Tropicales Desatendidas por la Organización Mundial de la Salud.
Y añade: "Así que estamos contentos de haber podido dar un paso importante en nuestra comprensión de su biología. Esperamos que esto allane el camino para los nuevos fármacos que se necesitan urgentemente. No hay tiempo que perder, ya que la resistencia a los tratamientos actuales se está convirtiendo en un problema importante".
El profesor Roberts apostilla: "Ya sabemos que nuestra microflora intestinal apuntala todos los aspectos de nuestra salud. Pero nos sorprendimos al descubrir que los tricocéfalos tienen su propia microflora distinta, y que hace lo mismo en ellos, algo que creemos que es único para este tipo de parásitos. Esto arroja luz sobre las fascinantes relaciones entre los parásitos, el huésped y su bacteria intestinal.
"Pero también muestra cómo el parásito puede explotar esta relación para sus propios fines promoviendo su propia existencia. El tricocéfalo es particularmente difícil de tratar con los medicamentos actualmente disponibles, por lo que esperamos que este estudio pueda ayudar a identificar las relaciones en la biología de los parásitos para ayudar a desarrollar otros más efectivos", subraya.