Geli destaca que la baja mortalidad permitió que la "alerta" no pasara a "alarma"
BARCELONA, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Catalunña retornará 1,2 millones de dosis antivirales contra la gripe A, después de que solo el 20% de la población catalana considerada de riesgo se inmunizara frente al virus, tras una campaña organizada en el conjunto de España por el Ministerio de Salud y Política Social, el encargado de adquirir las vacunas.
En concreto, se vacunaron 288.000 personas, la mayoría mayores de 60 años con patologías previas y solo 7.500 embarazadas, pese a las recomendaciones de las autoridades sanitarias, entre las que se cuenta la consellera de Salud Marina Geli, quien se vacunó para dar ejemplo a población y personal sanitario, especialmente reticente.
Las vacunas sobrantes serán remitidas al Ministerio, para decidir en el marco del Consejo Interterritorial en el que participan todas las comunidades autónomas qué hacer con ellas, puesto que fue el Gobierno quien realizó la compra para toda España.
Las sucesivas alertas realizadas por la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la propagación del nuevo virus de la gripe A emitidas ahora hace un año, y la imposibilidad de prever cuál sería el grado de mortalidad que éste provocaría, hicieron que los gobiernos se aprovisionaran de una cantidad de dosis que finalmente no fue necesaria.
El jefe del servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic, Antoni Trilla, destacó en rueda de prensa que "no es previsible" que estas vacunas se utilicen en próximas campañas.
En el balance final de la afectación del virus en Catalunya, la consellera de Salud, Marina Geli, recordó que 54 personas fallecieron --32 de ellas menores de 44 años--, mientras que se registraron 771 casos graves, de los que una tercera parte requirió del ingreso en una unidad de cuidados intensivos (UCI). De ellas, aproximadamente el 70% presentaba factores de riesgo previos, como enfermedades pulmonares, tabaquismo y sobrepeso.
En cualquier caso, la población atendida por síntomas gripales fue superior a las 250.000 personas, lo que supone más del 3% de la población catalana. Los expertos estiman que, además, hasta el 10% de la población pudo estar infectado por el virus aunque no desarrollara los síntomas ni se viera afectado.
Geli defendió el papel de las administraciones en el seguimiento de la evolución del virus y en los preparativos para hacer frente a la nueva gripe, entre los que incluyó la petición de que no se retrasara el inicio del curso escolar --como sí sucedió en otros países--.
MÁS GRIPE EN NIÑOS
Asimismo, señaló que la situación de pandemia fue "real", aunque el hecho de que la enfermedad no afectara con tanta virulencia a la población mayor hizo que se registrara una menor letalidad. En concreto, la tasa de incidencia fue mucho mayor en menores de 14 años --con afectaciones superiores a los 5.000 casos por 100.000 habitantes, lo que aumentó un 30% de la actividad de pediatría--, mientras que en mayores de 45 años no superó los 750 casos.
En paralelo, la mortalidad de los mayores de 64 años fue de 0,73 por cada 100 casos atendidos por gripe A, frente a los 0,02 de los más pequeños, lo que explica que no hubiera que lamentar más muertes, un extremo que a su vez no se podía prever.
Los expertos señalaron que el virus no tuvo un comportamiento estacional, ya que llegó antes de lo habitual, "por sorpresa", y en semanas concretas de los meses de octubre y noviembre provocó que se produjeran cuatro veces más urgencias que en campañas anteriores. Así las cosas, hubo semanas con más de 800.000 visitas médicas, un 13% más de lo habitual.
