MADRID, 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Los adultos asintomáticos con una elevada acumulación de grasa en los músculos, lo que se conoce como miosteatosis, tienen un mayor riesgo de sufrir acontecimientos adversos graves y de morir, según un estudio publicado en 'Radiology', revista de la Sociedad Radiológica de Norteamérica (RSNA).
Uno de los métodos utilizados por los médicos para estimar la grasa corporal de los pacientes es el índice de masa corporal (IMC). Dado que el IMC se calcula únicamente a partir de la estatura y el peso del paciente, no es un reflejo exacto de la composición corporal, ya que pacientes con IMC similares pueden tener comorbilidades y niveles de riesgo para la salud muy diferentes.
Un reflejo más exhaustivo de la composición corporal puede obtenerse a partir de una tomografía computarizada o una resonancia magnética abdominales, que pueden revelar diversas acumulaciones de grasa. La comunidad médica se centra principalmente en la grasa visceral, que es la que se acumula alrededor de los órganos abdominales, y en la esteatosis hepática, que es una cantidad elevada de grasa en el hígado.
Otra forma de acumulación de grasa es la miosteatosis, que se produce cuando la grasa se acumula en los músculos. Dado que la miosteatosis suele detectarse en pacientes que ya están enfermos y se someten a pruebas de imagen médica por otra enfermedad, se sabe poco sobre sus riesgos para la salud en pacientes asintomáticos.
"Hasta la fecha, las imágenes médicas con TC o RM siguen siendo el patrón oro para evaluar la miosteatosis", afirma el coautor del estudio, el doctor Maxime Nachit, investigador posdoctoral del Institut de Recherche Expérimentale et Clinique de la UCLouvain de Bruselas (Bélgica).
Por este motivo, Nachit y sus colegas trataron de identificar la asociación entre la miosteatosis y el riesgo de mortalidad, estudiando simultáneamente la grasa visceral, la esteatosis hepática, la miopatía (pérdida de masa muscular) y la obesidad.
En el estudio retrospectivo, los investigadores utilizaron una herramienta de IA para extraer métricas de composición corporal de tomografías computarizadas abdominales en adultos asintomáticos que se habían sometido a un cribado de rutina para el cáncer colorrectal entre 2004 y 2016. Se registraron las incidencias de eventos adversos graves (como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular o aneurisma) y muerte durante un periodo de seguimiento medio de 8,8 años.
De los 8.982 adultos incluidos en el estudio, un total de 507 fallecieron durante el periodo de seguimiento. La miosteatosis se asoció a un mayor riesgo de acontecimientos adversos graves y se detectó en el 55% de los participantes en el estudio que fallecieron. El riesgo absoluto de mortalidad a los 10 años en individuos con miosteatosis fue del 15,5% en comparación con la obesidad (7,6%), la esteatosis hepática (8,5%) o la miopatía (9,7%).
Aunque la presencia de otros factores de salud, como la grasa visceral y la esteatosis hepática, también se asociaron a un mayor riesgo de mortalidad, la miosteatosis siguió siendo la más elevada.
"Curiosamente, la relación era independiente de la edad o de marcadores de obesidad como el IMC --señala el doctor Nachit--. En otras palabras, esto significa que la acumulación de grasa en los músculos no se explica simplemente por ser mayor y/o tener sobrecarga de grasa en otras localizaciones del cuerpo".
El riesgo de mortalidad de los pacientes con miosteatosis era comparable al riesgo de mortalidad asociado al tabaquismo o a padecer diabetes de tipo 2. A pesar de la creciente evidencia de los factores de riesgo asociados a la miosteatosis, se trata de una afección que la comunidad médica sigue pasando por alto.
Según el doctor Nachit, futuros estudios podrían ayudar a determinar si la miosteatosis es únicamente un biomarcador de un peor estado de salud o si está causalmente asociada a un mayor riesgo de muerte.
"Estamos asistiendo al inicio de la 'medicina personalizada', cuyo objetivo es adaptar el tratamiento médico a nivel individual basándose en una constelación de información como la genética, el historial médico, las características físicas, la evaluación molecular compleja y a gran escala, etc.", afirma Nachit.
"Aquí demostramos que la miosteatosis -un parámetro recuperable a partir de imágenes médicas realizadas de forma rutinaria en los hospitales- es un indicador sólido del riesgo de mortalidad de un individuo a un plazo relativamente corto", concluye.