MADRID, 26 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un equipo del Centro de Excelencia en Investigación en Ciencias de la Actividad Física y Deportiva de la Universidad Europea de Madrid (UEM) aseguran que el gen ACTN3, conocido como el 'gen de la velocidad', no condiciona la capacidad de salto de los deportistas, que a su juicio depende más del entrenamiento continuado.
Así se desprende de los resultados de un estudio en el que también han participado las universidades de las Palmas de Gran Canaria y el País Vasco, con el que pretendían comprobar si este gen, el primer gen estructural del músculo esquelético, podría facilitar el salto en deportistas profesionales.
Para ello, se monitorizó la activación muscular involuntaria como respuesta a un estímulo eléctrico de todos los jugadores de la Superliga Española de Voleibol en la temporada 2010-2011. El objetivo, según ha explicado el doctor Juan José Molina, profesor de la UEM y principal investigador del estudio, era "conocer si la forma de manifestarse la fuerza es diferente en función del perfil genético".
La respuesta ha sido monitorizada a través de la tensiomiografía (TMF), una técnica innovadora que permite detectar y analizar por separado las propiedades de los músculos de cada individuo.
"Es un método de diagnóstico que funciona a través de la observación de los parámetros del tiempo y del máximo desplazamiento de los músculos durante su contracción, es decir, permite saber a qué deportista le ha costado más o menos llegar al mismo punto del salto, de velocidad o de reacción", explica este experto.
Sin embargo, los autores no encontraron diferencias en la capacidad de salto de los jugadores estudiados, independientemente de su perfil genético, lo que demuestra que "el entrenamiento continuado que hace que la excelencia deportiva dependa del trabajo y no sólo de la genética y los atributos hereditarios".
No obstante, matiza, "el deportista que cuente además con un perfil genético que se adapte mejor a su deporte, llegará al rendimiento ideal con mayor facilidad".