MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
Quedarse en casa es fundamental para prevenir la propagación de enfermedades infecciosas como la gripe; sin embargo, las personas con gripe son contagiosas incluso antes de desarrollar síntomas. Los métodos actuales de diagnóstico de la gripe, como las pruebas PCR con hisopo nasal, son precisos, pero lentos y costosos. Las pruebas de flujo lateral en casa, similares a las que se utilizan para detectar la COVID-19, son prácticas y generalmente económicas, pero no detectan infecciones presintomáticas.
Una prueba de la gripe basada en el sabor podría, algún día, hacer que cambiemos los hisopos nasales por chicle, para detectar la gripe, según avanza un trabajo de la Universidad de Würzburg (Alemania).
En concreto, los investigadores han diseñado un nuevo sensor molecular que libera un sabor a tomillo al entrar en contacto con el virus de la gripe. Los investigadores informan en un trabajo en 'ACS Central Science' que planean incorporar este tipo de sensor de baja tecnología en chicles o pastillas para aumentar las pruebas de detección en casa y, potencialmente, prevenir la transmisión presintomática de la enfermedad.
EN CUALQUIER LUGAR Y EN CUALQUIER MOMENTO
En este contexto, Lorenz Meinel y su equipo de la Universidad de Würzburg abordaron estas deficiencias en la detección de la gripe "alejándose de los detectores y maquinarias complejos y avanzando hacia un detector que está disponible para cualquier persona, en cualquier lugar y en cualquier momento: la lengua".
El equipo desarrolló un sensor molecular que libera un sabor detectable en la lengua humana: el timol, presente en la especia tomillo. El sensor se basa en un sustrato de la glicoproteína del virus de la influenza llamado neuraminidasa (la "N" de H1N1). Los virus de la influenza utilizan la neuraminidasa para romper ciertos enlaces en la célula huésped e infectarla.
Por lo tanto, los investigadores sintetizaron un sustrato de neuraminidasa y le unieron una molécula de timol. El timol se registra como un fuerte sabor herbal en la lengua. En teoría, cuando el sensor sintetizado está en la boca de una persona infectada con la gripe, los virus liberan las moléculas de timol y la lengua detecta su sabor.
EL RESULTADO SE SABE EN MENOS DE 30 MINUTOS
Tras desarrollar su sensor molecular, los investigadores realizaron pruebas de laboratorio con él. En viales con saliva humana de personas diagnosticadas con gripe, el sensor liberó timol en 30 minutos. Al probarlo en células humanas y de ratón, no alteró su funcionamiento. Meinel y su equipo esperan iniciar ensayos clínicos en humanos en unos dos años para confirmar la percepción del sabor a timol del sensor en personas con gripe presintomática y postsintomática.
Si se incorpora a chicles o pastillas, "este sensor podría ser una herramienta de detección de primera línea rápida y accesible para ayudar a proteger a las personas en entornos de alto riesgo", augura Meinel.