MADRID, 25 Oct. (EUROPA PRESS) -
La Fundación para la Excelencia y Calidad en Oncología (ECO) ha impulsado un estudio con oncólogos españoles para alcanzar un consenso en el abordaje y seguimiento del dolor irruptivo oncológico (DIO). La ivnestigación, que ha contado con la participación de 84 profesionales procedentes de distintos Servicios de Oncología de España, se ha presentado este viernes en el Congreso de la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM 2019), que se está celebrando en Pamplona.
"No existe un acuerdo con respecto al diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los pacientes oncológicos con dolor intenso. Necesitamos prestarle atención a este dolor que se manifiesta en un 30-40 por ciento de los pacientes en el momento del diagnóstico y entre un 70 y 80 por ciento cuando la enfermedad es avanzada", ha asegurado el oncólogo Jose Luis González Larriba, miembro asociado de la Fundación ECO, catedrático de Oncología y jefe de Sección del Hospital Clínico San Carlos de Madrid.
Tal y como señala González Larriba, el DIO empeora en gran medida el tratamiento de los pacientes oncológicos, ya que perjudica la calidad de vida y deteriora las relaciones interpersonales. "Este estudio recoge una serie de recomendaciones, a las que podemos adherirnos quienes nos dedicamos al seguimiento de pacientes con DIO, que nos ayudarán a reducir los episodios de dolor que sufre el paciente y mejorar así su bienestar durante el tratamiento del cáncer", ha detallado el experto.
Entre las pautas que han consensuado los profesionales que han participado en el estudio, que se ha realizado con la colaboración de Kyowa Kirin, destacan la necesidad de realizar rápidamente una primera visita de seguimiento del tratamiento del DIO (trascurridas 48-72 horas desde el inicio del tratamiento) y, ya en este primer seguimiento, controlar el número de episodios de dolor que ha tenido el paciente, así como ajustar la dosis de opioides si es necesario. Los oncólogos ven necesario evaluar la progresión de la enfermedad y los tratamientos concomitantes que se hayan incorporado, ya que podrían afectar al control del DIO.
Además de valorar la adherencia al tratamiento del DIO, según señalan los profesionales, es necesario modificar el abordaje del dolor si hay 4 o más episodios de DIO diarios. Por otro lado, se debe tener en cuenta el estreñimiento, las náuseas, la confusión, el mareo o los delirios como posibles efectos adversos del tratamiento con opioides y aumentar el número de visitas si se percibe que el DIO no está bien controlado.