MADRID 1 Jun. (EUROPA PRESS) -
Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC) alertan de que fumar triplica la incidencia de enfermedad cardiovascular y aumenta los problemas respiratorios, según destacaron con motivo de la XXV Semana del Corazón.
La fundación advirtió de que el efecto aterogénico del tabaco provoca la aparición de aterosclerosis en las arterias del organismo incluyendo las arterias de las piernas, de los riñones y del corazón, y esto repercute en la coagulación aumentando la viscosidad de la sangre, también incrementa el fibrinógeno y la activación plaquetaria.
Asimismo, esto provoca que aumenten las posibilidades de producirse trombos, aumenta la concentración de colesterol total, haciendo que se oxide y dañe la pared de las arterias, provocando aterosclerosis, y causa inflamación del endotelio, algo que también causa aterosclerosis.
En este sentido, el secretario general de la SEC, Esteban López de Sá, señaló que el impacto del tabaco en la salud cardiovascular es elevado, ya que "la incidencia de la enfermedad coronaria es aproximadamente tres veces más elevada en los fumadores". Este experto aseguró que "se puede dejar de fumar y existen terapias de apoyo, incluso farmacológico, para superar los síntomas de ansiedad e irritabilidad que suele producir la abstinencia", aunque matizó que "la clave reside en querer, de verdad, dejar de fumar".
Para ello, la SEC propone fijar una fecha, elaborar una lista de motivos para abandonar el tabaco y anotar cuántos cigarrillos se fuman y en qué circunstancias y, el día previo a dejar de fumar, hay que tirar el tabaco y los ceniceros que haya a nuestro alrededor. Una vez se haya dejado de fumar, es necesario hacer ejercicio, calmar la ansiedad con agua, fruta o zumos y pedir ayuda a quienes están alrededor. Asimismo, resulta fundamental consultar con el médico los apoyos farmacológicos que mejor se ajusten.
A los 20 minutos de dejar de fumar, la tensión y el ritmo cardíaco recuperan su nivel normal, a las ocho horas sube la concentración de oxígeno y se reduce la de monóxido de carbono, de dos semanas a tres meses mejora la circulación y la función pulmonar crece hasta un 30 por ciento, de uno a nueve meses disminuye la tos y la falta de aliento y, al año, el riesgo de padecer insuficiencia coronaria disminuye a la mitad.