MADRID 27 Abr. (EUROPA PRESS) -
Los fumadores tienen hasta cuatro veces más riesgo de padecer asma que los que no consumen tabaco, según ha informado la jefa de servicio de Neumología y responsable de la Unidad de Asma del Hospital Universitario Dr.Peset de Valencia, Eva Martínez Moragon, con motivo de una jornada organizada por su centro hospitalario y Chiesi en el marco de la celebración, el próximo 1 de mayo, del Día Mundial del asma.
Se trata de una de las patologías respiratorias crónicas más prevalentes, afecta al 5 por ciento de adultos y hasta al 10 por ciento de la población infantil en España, y cuya prevalencia e impacto están incrementándose de manera notable en las regiones urbanizadas debido a factores ambientales y a cambios en el estilo de vida.
"Es muy importante luchar contra la exposición al tabaco y que los adolescentes no empiecen a fumar puesto que el riesgo relativo de desarrollar asma es 3,9 veces mayor en los fumadores, en comparación con los no fumadores", ha alertado la experta.
Además, prosigue, el tabaquismo materno, tanto durante el embarazo como después del nacimiento, tiene consecuencias sobre el riesgo de padecer sibilancias o asma durante la infancia mientras que el tabaquismo pasivo y por supuesto el activo favorece el desarrollo del asma tanto en adolescentes como en adultos.
Del mismo modo, el tabaco perjudica la evolución de la enfermedad. "En los asmáticos que siguen fumando es más frecuente que tengan síntomas a pesar del tratamiento, peor control clínico, que sufran más agudizaciones y que tengan un asma más grave, con una pérdida acelerada de la función pulmonar. La magnitud del problema es amplia, pues hasta el 20-25 por ciento de asmáticos son fumadores en algunas series", ha argumentado la doctora.
SÍNTOMAS Y DIAGNÓSTICO DEL ASMA
Los principales síntomas del asma son tos seca, opresión torácica, dificultad para respirar y ruidos en el pecho (sibilantes) de predominio por la noche y a primera hora de la mañana. Cuando se presentan estos síntomas, se procede a la realización de pruebas diagnósticas.
En primer lugar se realiza una espirometría, que demuestra que existe obstrucción ventilatoria, si bien, tal y como ha argumentado la especialista, también puede diagnosticarse mediante la medición de óxido nítrico en aire exhalado.
Finalmente, la doctora ha avisado de que de continuar con el actual crecimiento poblacional, en el año 2025 el número de personas con asma aumentará en 100 millones, convirtiéndose en la enfermedad crónica más prevalente de la infancia y suponiendo una de las principales causas de los costes sanitarios.