MADRID, 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
Seguir fumando después de un diagnóstico de esclerosis múltiple (EM) parece estar asociado con la progresión de la enfermedad acelerada en comparación con los pacientes que dejan de fumar, según concluye un artículo publicado en la edición digital por 'Archives of Neurology'.
¿QUÉ ES LA ESCLEROSIS MÚLTIPLE?
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y el tabaquismo es uno de sus factores de riesgo conocidos. Aunque la EM comienza con un curso inicial de recaídas irregulares y empeoramiento, por lo general, cambia después de unos 20 años a enfermedad secundaria progresiva (SP). El tiempo desde el inicio a la conversión a SP es una medida de uso frecuente de la progresión de la patología.
Ene Hillert, del Instituto Karolinska en el Hospital Solna de la Universidad de Karolinska, Estocolmo, Suecia, y los coautores de este trabajo analizaron a pacientes en Suecia con EM que fumaban en el momento del diagnóstico (n=728), de los cuales 216 progresaron a SP.
Entre los 728 fumadores, 332 fueron clasificados como "continuadores", es decir, que seguían fumando desde el año después del diagnóstico, y 118 dejaron de fumar el año después del diagnóstico. También se incluyeron datos sobre 1.012 pacientes que nunca habían fumado. Casi el 60 por ciento de los pacientes con EM eran fumadores en el presente estudio de cohortes y en una cohorte sueca de nuevos casos, según un análisis de fondo.
Los hallazgos de los autores sugieren que cada año adicional de fumar después del diagnóstico aceleró el tiempo de conversión a SP en un 4,7 por ciento. Otros análisis plantearon que los pacientes que continuaron fumando cada año después del diagnóstico pasan a SP más rápido (a los 48 años) que aquellos que dejan de fumar (a los 56 años). Los científicos indican que es imposible descartar otros factores de confusión.
"Este estudio demuestra que fumar después del diagnóstico de EM tiene un impacto negativo sobre la progresión de la patología, mientras que reducir el tabaco puede mejorar la calidad de vida del paciente, con más años antes de que progrese a la enfermedad SP. En consecuencia, la evidencia apoya claramente aconsejar a los pacientes con EM que fuman que dejen el hábito. Los servicios de salud para los pacientes con EM deben organizarse para apoyar ese cambio de estilo de vida", concluye el estudio.