MADRID 29 Nov. (EUROPA PRESS) -
El final del otoño suele coincidir con un incremento de la sensación de frío y un descenso de la humedad, dos condiciones que provocan un agravamiento de la dermatitis atópica y la dermatitis seborreica. Se trata de las dos patologías más frecuentes en las consultas de dermatología, y cursan con enrojecimiento, descamación y un molesto picor de intensidad variable.
"La mayoría de dermatitis tienen una base genética y su sintomatología se agrava cuando, como suele ocurrir al final del otoño y principio del invierno, hay frío y poca humedad ambiental, además de menos luz natural. Estas condiciones meteorológicas provocan un picor más intenso, más enrojecimiento, más descamación y mayor extensión de la enfermedad", ha explicado el dermatólogo de la Clínica La Luz, Javier Ortiz.
Dentro de esta familia de enfermedades dermatológicas, la dermatitis atópica es la más frecuente, ya que se estima que afecta al 15 por ciento de la población. Conocida popularmente como 'piel atópica', suele aparecer en personas que tienen alguna de las enfermedades llamadas atópicas --asma y rinitis alérgica-- y en un 80 por ciento de los casos se manifiesta muy pronto, antes de los siete años de edad.
La enfermedad cursa con brotes más o menos intensos y persistentes que en la mayoría de los pacientes, según se van haciendo mayores, se van distanciando y reduciendo su virulencia, de forma que en muchos casos la enfermedad queda inactiva al llegar a la madurez. Sin embargo sigue latente y en situaciones especiales como la llegada del invierno, estrés, exposiciones a irritantes o sustancias alergénicas, los genes hacen que la enfermedad se manifieste de nuevo.
Por su parte, la dermatitis seborreica afecta al 5 por ciento de la población y, aunque conlleva un picor menos intenso y tiene menor extensión, tiene más incidencia en la imagen del paciente, ya que se manifiesta en zonas visibles como las zonas centrales de la cara y el cuero cabelludo.
También afecta a las axilas, las ingles y el centro del pecho y de la espala. La dermatitis seborreica se agrava con el estrés, la falta de luz y la exposición a sustancias irritantes, por eso en verano los pacientes experimentan una mejoría clara que desaparece durante el otoño. "En el caso de la seborreica, que se manifiesta en zonas descubiertas, se trata de que la persona no se sienta estigmatizada por la enfermedad", ha explicado el experto.
NO HAY TRATAMIENTO CURATIVO
En cuanto a los tratamientos, el especialista de La Luz ha reconocido que la dermatitis no cuenta con un "tratamiento curativo", si bien existen terapias que "mejoran muchísimo" la calidad de vida de las personas de forma que consiguen que su calidad de vida se "iguale" a la de una persona que no tiene piel atópica.
"El tratamiento más frecuente es compensar las cosas que genéticamente están alteradas, como la sequedad de la piel y la irritabilidad, lo que se consigue aumentando mucho la hidratación y eliminando las sustancias irritantes que puedan estar afectando al paciente. Sobre las lesiones utilizamos antiinflamatorios, y en concreto corticoides como primera línea de tratamiento, a la hora de su aplicación hay que tener en cuenta por supuesto la intensidad del cuadro", ha señalado el experto.
En cuanto al uso de los humidificadores en las casas para reducir la sequedad del ambiente y combatir la dermatitis atópica, el doctor Ortiz sostiene que si se trata de aparatos "normales" pueden saturar de humedad el ambiente y acabar generando problemas, si bien son una buena medida contra otras enfermedades como el asma o la rinitis. "O tienes un aparato muy sofisticado, del estilo de los de los museos, que miden exactamente el grado de humedad, o puedes tener problemas", ha advertido.
Sin embargo, hay medidas caseras que sí pueden obtener buenos resultados ya que, según ha explicado, además de los recipientes con agua en los radiadores se pueden emplear plantas para poner en las habitaciones. "Son fuentes de agua y se duerme estupendamente con ellas en la habitación, en contra de lo que decían nuestras abuelas", ha zanjado.