¿Frío o calor para una lesión?: Cuándo y cómo aplicar cada uno

Archivo - Lesión de rodilla.
Archivo - Lesión de rodilla. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / OCUSFOCUS - Archivo
Actualizado: viernes, 2 mayo 2025 10:57

   MADRID, 2 May. (EUROPA PRESS) -

   El traumatólogo Peio Lapitz, especialista de Policlínica Gipuzkoa, ha señalado que, aunque es común que muchas personas se apliquen frío o calor después de una lesión, hay que saber cuándo corresponde cada uno para facilitar la recuperación y, en este sentido, ha detallado que el frío se utiliza como antiinflamatorio y analgésico, mientras que el calor actúa como relajante muscular.

   "El uso adecuado del frío y del calor puede acelerar la recuperación de una lesión", ha subrayado Lapitz. El frío está indicado principalmente en las lesiones agudas, es decir, aquellas que acaban de producirse y cursan con inflamación o dolor repentino, como son los esguinces, contusiones, torceduras o tendinitis, para reducir la inflamación y aliviar el dolor.

   Por su parte, ha explicado que el calor tiene un efecto muy diferente, pues aumenta la vascularización y favorece la llegada de sustancias regeneradoras a los tejidos. Se emplea principalmente en lesiones crónicas y problemas de rigidez articular, como la artrosis, así como en contracturas musculares o zonas con tensión acumulada.

¿CÓMO Y DURANTE CUÁNTO TIEMPO?

   Según ha indicado Lapitz, el frío debe aplicarse durante las primeras 48 horas tras producirse la lesión, con una frecuencia de entre dos y tres horas y manteniéndolo durante unos 15 o 20 minutos. En este punto, ha advertido que siempre debe aplicarse mediante un paño o una toalla y nunca de forma directa sobre la piel, a fin de evitar quemaduras por frío o congelaciones.

   Mientras, como el calor busca relajar la musculatura o mejorar la movilidad en articulaciones rígidas, este debe aplicarse cuando ya no hay inflamación aguda y también debe controlarse el tiempo y la forma en que se hace. "No debe prolongarse demasiado tiempo y se debe vigilar la sensibilidad de la zona", ha señalado el experto.

CONTRAINDICACIONES

   Asimismo, el traumatólogo ha precisado que existen determinadas situaciones en las que el frío y el calor no deben emplearse para la recuperación de una lesión. En concreto, ha advertido que aquellas personas con alteraciones de la sensibilidad, como quienes padecen neuropatía diabética o lesiones nerviosas periféricas, no deben seguir este remedio porque podrían producirse quemaduras sin darse cuenta.

   El frío también está contraindicado en pacientes con problemas vasculares como el síndrome de Raynaud, ya que puede agravar los síntomas. En cuanto al calor, no debe aplicarse si hay hemorragias o hematomas recientes, ya que al provocar vasodilatación podría aumentar la acumulación de sangre en la zona; en estos casos sí se aconseja el frío. Ni el calor ni el frío son adecuados sobre heridas abiertas o zonas con infección.

   Con todo ello, Lapitz ha hecho hincapié en la utilidad que tiene saber realizar una correcta aplicación del frío y el calor para acelerar la recuperación de una lesión. En este sentido, ha comentado que otra opción es la terapia de contraste, que consiste en alternar frío y calor, algo que puede servir sobre todo en inflamaciones crónicas o en algunas lesiones articulares para activar la circulación y favorecer la reabsorción de líquidos.

Contador