MADRID, 5 Jun. (Infosalus/EP) -
La nicotina es la segunda sustancia más adictiva después de la heroína pero se sitúa por delante de otras drogas como la cocaína o el cannabis en lo que se refiere a su poder de adicción. Los adolescentes constituyen el grupo de población que más fuma, con entre un 30% y un 33% de ellos que son ya fumadores. Impedir que la adicción se establezca y conseguir que se deje a tiempo es un objetivo esencial para los padres como garantes de la salud de sus hijos.
Según explica a Infosalus Andrés Zamorano, miembro del grupo de patología respiratoria de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), la edad media de inicio al tabaquismo comienza entre los 11 y los 13 años y a los 14 años, estos que han empezado a fumar ya son adictos. Si este hábito tóxico continúa durante la vida adulta, tras 20 años fumando 1 de cada 5 personas desarrollan enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC), una grave afección derivada del tabaquismo que ocasiona gran discapacidad en el día a día.
"La iniciación se produce en muchos casos en las celebraciones familiares en las que se siguen ofreciendo puros y cigarrillos como obsequio, así empiezan a relacionarse con el tabaco, después el grupo de iguales juega un papel muy importante", señala Zamorano.
El miedo a no ser aceptado da lugar a una actitud pasiva que inicia el mal hábito pero frente a esto hay que plantear al menor la idea de que es posible decir que no de forma asertiva y explicar las razones por las que se decide no fumar a quien presiona en el grupo o simplemente ofrece los cigarrillos.
Según apunta el facultativo, para evitar el tabaquismo en los menores es clave crear una buena base de comunicación con nuestros hijos, algo que va a facilitar el trabajo para tratar con ellos el tema del consumo de tabaco sin que activen una actitud defensiva. Esto es más fácil de conseguir antes de los 11 años pero luego supone seguir manteniendo y reforzando este vínculo.
COMBATIR EL TABAQUISMO DESDE LA INFANCIA
Zamorano señala a Infosalus las 10 cuestiones clave para educar en salud a los hijos y evitar su propensión al tabaquismo cuando son menores de los 11 años:
1. Hablar de los temas delicados, como el tabaco, de una forma en la que no se sientan culpables o juzgados.
2. Destacar qué es lo que los niños hacen bien y alimentar la autoconfianza en los niños, la mejor herramienta para que no sucumban ante la presión de sus compañeros.
3. Animar a nuestro hijo a implicarse en actividades donde no se fuma como en el caso de los deportes.
4. Demostrarle que valoramos sus opiniones e ideas.
5. Hablarle de los peligros del tabaco desde los 5 o 6 años de edad y continuar hablándole sobre ello con el paso de los años. Los niños que comienzan a fumar hacia los 11 años ya son adictos a los 14.
6. Preguntarle qué le atrae y qué le desagrada de fumar y escúchele con paciencia.
7. Lea, vea la televisión y vaya al cine con su hijo y compare la realidad con los estereotipos que se presentan en estos medios. No es lo mismo la imagen de un sex-simbol fumando en una pantalla que la realidad de quien fuma y además del olor a tabaco, tiene los dientes y dedos amarillos.
8. Hable con su hijo sobre las formas de decir que no y los aspectos negativos del tabaco que no le gustan: mal aliento, mal aspecto, posibilidad de contraer enfermedades.
9. Anime a su hijo a alejarse de aquellos compañeros que no respeten sus razones para no fumar.
10. Explíquele de qué manera el hábito de fumar controla la vida diaria de los que empiezan a fumar: la dependencia es una pérdida de libertad y el dinero que se gasta en tabaco se puede emplear en otras cosas.
DECÁLOGO PARA QUE DEJEN DE FUMAR
Para los mayores de 11 años y los que ya han comenzado a fumar, Zamorano ofrece a sus padres los siguientes consejos para ayudarles a superar este hábito tóxico:
1. Hable con su hijo de cifras y datos sobre el tabaquismo:
* Cada cigarrillo contiene más de 4.000 sustancias tóxicas, muchas de ellas cancerígenas.
* El tabaco está implicado en más de 25 enfermedades.
* La nicotina es muy adictiva y no se puede dejar de fumar con facilidad.
2. Haga hincapié en los beneficios de dejar de fumar: liberarse de la adicción, mejorar el estado y aspecto físicos o mejorar el rendimiento deportivo.
3. Aproveche las oportunidades diarias para hablar y escuchar: cuando vea a alguien fumar en público explique a su hijo que el tabaco es adictivo y tóxico y que ocasiona daños en los pulmones, el corazón y otros órganos del cuerpo.
4. Comente con él si algún familiar o amigo ha fallecido o tiene alguna enfermedad asociada al tabaco: practique la conversación bidireccional y fomente que su hijo plantee preguntas y pueda expresar sus dudas y emociones.
5. No use amenazas ni ponga ultimatums: investigue las razones por las que fuma, ya sea una llamada de atención o una forma de ser aceptado por sus amigos.
6. Sea un buen ejemplo: no fume y si lo hace busque ayuda para dejar de hacerlo.
7. Establezca normas claras: no permita fumar en casa.
8. Ayúdele a aprender a decir que no.
9. Calcule con su hijo el gasto mensual y anual que invierte en tabaco: le hará más consciente de su coste económico y cómo esto le impide gastar en otras cosas.
10. Ayúdele a dejarlo y hable con su médico
ENSEÑAR DESDE LO LÚDICO
Durante el Congreso Nacional de la SEMG, celebrado en 2014 en Sevilla, el equipo de Zamorano realizó un encuentro con adolescentes de 14 años procedentes de institutos de la localidad andaluza en el que a través de una actividad lúdica se les proporcionó información sobre el tabaquismo.
En el 'Neumotrivial', los jóvenes competían por facilitar las respuestas correctas ante preguntas sobre el hábito tabáquico y tras cada ronda de cuestiones los médicos que dirigían la actividad aportaban información y abrían entre los menores el debate sobre las consecuencias, mitos y realidades entorno al tabaco.
Además de divertirse, los chicos escucharon las explicaciones con interés y se acercaron a las herramientas clínicas para medir el nivel de monóxido de carbono en el cuerpo o la capacidad pulmonar. Zamorano explica que iniciativas como esta son más productivas que las charlas que se realizan en los centros educativos porque captan más la atención de los jóvenes.
DEJARLO ES POSIBLE
Zamorano que lleva una unidad de deshabituación tabáquica en el municipio de Villaluenga de la Sagra, en Toledo, explica que existen dos fases claras entre quienes fuman: en la fase 'pre-contemplativa' no se plantean la posibilidad de dejarlo mientras que en la fase de 'contemplación' la idea de dejar de fumar surge en ocasiones.
Es en esta segunda fase de contemplación cuando es más importante incidir en la necesidad de dejar el tabaquismo, apunta Zamorano, que indica que sólo el 3% de quienes lo dejan sin ayuda lo consigue frente al 40% de aquellos que para cesar de fumar se acercan hasta la consulta del médico de familia.
Además de la terapia cognitivo-conductual, en la que se trabaja en gran medida con las motivaciones personales para dejar de fumar, el tratamiento con fármacos depende de la dependencia y el acuerdo y motivación del paciente. Entre las terapias farmacológicas más empleadas se encuentran los parches de nicotina, los caramelos o chicles de nicotina y medicamentos como el bupropión o la vareniclina.