La frecuencia del parpadeo predice una complicación de la cirrosis

Estudio de la frecuencia de parpadeo en el Clínico
GVA/MAITE SAENZ
Actualizado: lunes, 28 marzo 2016 13:23

   VALENCIA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Una investigación desarrollada por el Grupo de investigación de Deterioro Neurológico del Instituto de Investigación del Hospital Clínico de Valencia, en colaboración con el Instituto de Biomedicina de Sevilla, ha concluido que la frecuencia crítica de parpadeo diagnostica la encefalopatía hepática mínima, una complicación de la cirrosis, en sus estados iniciales.

   El estudio ha sido publicado en la prestigiosa revista internacional 'Gastroenterology', y en la investigación han participado 230 pacientes de varios hospitales españoles, incluido el Servicio de Digestivo, a través de la Unidad de Hepatología del Clínico de Valencia, ha informado la Generalitat en un comunicado.

   La encefalopatía hepática se produce cuando el hígado falla, deja de realizar su función de eliminar sustancias tóxicas y, como consecuencia, estas toxinas se acumulan, llegan al cerebro y alteran la función cerebral, provocando daños tales como alteraciones en la personalidad, la función cognitiva, la actividad y la coordinación motoras y el nivel de conciencia, según el estadio de la enfermedad. Con ello, los pacientes aumentan su probabilidad de padecer accidentes laborales y de tráfico, y se reduce su calidad de vida de los pacientes.

INFLUYE EN LA SUPERVIVENCIA DE LOS PACIENTES CON CIRROSIS HEPÁTICA

   La encefalopatía hepática mínima es la fase incipiente de lo que después deriva en la encefalopatía hepática, que puede conducir al coma hepático y a la muerte, salvo trasplante. Entre un 33 y un 50 por ciento de los pacientes con cirrosis hepática sin síntomas evidentes de encefalopatía hepática clínica presentan encefalopatía hepática mínima.

   Según la doctora Montoliu, coordinadora del grupo de investigación en Valencia, "la encefalopatía hepática mínima influye en los índices de supervivencia de los pacientes con cirrosis hepática, así como en su calidad de vida", por lo que una detección temprana condiciona el pronóstico y su tratamiento.

   "Hasta ahora, para diagnosticar el deterioro cognitivo asociado a la encefalopatía hepática mínima utilizamos una batería de tests psicométricos, largos y complicados, con lo que muchos pacientes abandonan, además de los recursos de personal que ello exige" ha explicado la investigadora.

   No obstante, el nuevo sistema consiste en unas gafas cerradas que emiten una luz que parpadea y que permite observar, a través de la frecuencia crítica de parpadeo, las células de la retina que son el reflejo de las células glia del cerebro. El resultado que se obtiene identifica los problemas a nivel cerebral. "Es mucho más rápido y posiblemente más preciso", ha apuntado la doctora Montoliu.