MADRID 15 Mar. (EUROPA PRESS) -
Científicos del Instituto Nacional de la Salud y de la Investigación Médica de Francia (INSERM, en sus siglas en francés) y la Universidad de Montpellier han descubierto en un estudio en ratones que la contaminación de las ciudades con niveles elevados y prolongados de monóxido de carbono (CO) puede dañar la función cardiaca.
Según los resultados de su investigación que aparecen publicados en el último número de la revista 'American Journal of Respiratory and Critical Care Medicine', estos animales son capaces de establecer un mecanismo de compensación para mantener una actividad cardiaca normal aunque, pese a todo, se vuelven "más vulnerables" de cara a padecer enfermedades cardiovasculares.
Esta investigación, realizada en colaboración con científicos de la Universidad de Avignon, contó con dos grupos de ratones sanos que fueron expuestos durante cuatro semanas a un aire limpio y, por otro lado, a un ambiente enriquecido con CO que trataba de simular la contaminación urbana. En ambos casos, se midió la función cardiaca tanto con ecocardiografías y electrocardiogramas (ECG) como a nivel 'in vitro', mediante la medición de diferentes parámetros de los cardiomiocitos (células del corazón).
De este modo, los resultados mostraron que la contaminación crónica con CO provoca cambios en la morfología y la función cardiaca, observando diferencias en el ventrículo izquierdo y síntomas de estrés. En el nivel celular, los cardiomiocitos reflejaron defectos en la contractilidad y arritmias.
Esto demuestra un estado "hiperadrenérgico" moderado, lo que indica un estado de estrés implicado en el desarrollo de hipertrofia cardiaca y fibrosis, taquicardias, así como un riesgo de muerte súbita cardiaca. A su vez, detectaron un mal funcionamiento del intercambio de calcio en los cardiomiocitos, que puede provocar extrasístoles y taquicardia ventricular.
Pese a que consiguieron "cancelar" los efectos del CO para poder funcionar normalmente, si se produce un estrés adicional, como el infarto de miocardio, las consecuencias son más graves para el corazón, explicaron los autores.
Además, a nivel de diagnóstico los autores del estudio aseguran que, de ser estos resultados potencialmente extrapolables a humanos, los efectos adversos de la contaminación por CO son difíciles de detectar por las analíticas más rutinarias, como la ecocardiografía, aunque si que hay correlación entre la tasa de carboxi-hemoglobina en la sangre y la aparición eventos arrítmicos.