MADRID, 19 May. (EDIZIONES) -
¿Sabías que el último hueso en formarse de nuestro cuerpo es la clavícula y que contamos con un total de 206 huesos? Entre estos no se encuentran ni la nariz ni las orejas, que no tienen huesos en su interior. Además, se dice de los huesos que son tejidos vivientes y por ejemplo el más grande de nuestro cuerpo es la pelvis, mientras que el más largo el fémur.
Preguntamos por todos estos asuntos al doctor Álvaro Auñón, médico adjunto del Servicio de Cirugía ortopédica y Traumatología del Hospital Universitario Fundación Jiménez Díaz de Madrid, quien aclara que, efectivamente, los seres humanos disponen de 206 huesos al nacr, si bien cuando nacemos están compuestos de cartílago. "A partir de este, se va osificando progresivamente hasta completar el crecimiento. El último en finalizar este proceso es la clavícula", remarca el especialista.
Por otro lado, indica que se dice que los huesos son tejidos vivientes porque el tejido óseo está en permanente proceso de remodelación, y un proceso que varía según la edad, siendo más intenso en la edad infantil.
En otra entrevista con Infosalus, el doctor José Miguel Guijarro, jefe de Servicio de Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital La Luz de Madrid, añade en este punto que se calcula que, aproximadamente, cada 10 años nuestros huesos se renuevan completamente.
"Nuestro esqueleto ha sido capaz de retirar todo el hueso viejo y ha creado hueso nuevo en un periodo de 10 años. Pero también es cierto que esta renovación, a partir de los 30 años será cada vez más lenta, porque los 'trabajadores' que hacen las paredes de los huesos, los osteocitos, tienen un menor rendimiento cuando se hacen más viejos", explica.
En este punto, el doctor Auñón recuerda el papel que mantienen los cartílagos de crecimiento en la formación de los huesos, señalando que el hueso crece a partir de los núcleos de osificación que hay presentes desde el nacimiento, que se encuentran en los extremos de los huesos, y que al llegar a la madurez ósea completa se sustituyen por hueso maduro.
"Según avanza el crecimiento, se reemplaza el cartílago por hueso. La edad en la que el hueso deja de crecer es distinta en cada sexo, finalizando antes en las niñas", apostilla el especialista de la Fundación Jiménez Díaz.
CÓMO SE FORMAN LOS HUESOS
Este traumatólogo señala que, en el momento del nacimiento contamos con un esqueleto cartilaginoso que se va mineralizando con el paso del tiempo, es decir, se sustituye este tejido cartilaginoso por tejido óseo maduro, entre otros puntos, gracias a la acumulación de minerales. Se alcanza la madurez esquelética en las niñas con la menarquia, en torno a los 10-12 años, mientras que en los niños es más tardía, sobre los 12-14 años.
A la hora de favorecer un mejor crecimiento de los huesos en los menores, este doctor apunta como consejos principales al desarrollo de actividad física, así como al seguimiento de una dieta saludable y variada. "Son fundamentales para un adecuado crecimiento", matiza.
En cambio, sobre lo que más perjudica a los huesos y cómo podemos cuidar de ellos en la edad adulta, fundamentalmente para evitar los problemas osteoarticulares más frecuentes en el envejecimiento, el doctor Auñón apunta sin dudarlo al sedentarismo, "uno de los principales factores que provoca una mala calidad ósea, ya que actividad física estimula el fortalecimiento del hueso, aumentando la fuerza que es capaz de soportar".