MADRID, 15 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad de Iowa (Estados Unidos) han observado que las alteraciones en las bacterias que conforman la flora intestinal pueden causar cambios en el metabolismo y en la forma de quemar calorías que podría derivar en un mayor aumento de peso.
Un hallazgo que parece sugerir que la manipulación de la tasa metabólica basal, apuntando de forma específica a la flora intestinal, podría representar un nuevo enfoque para el tratamiento de la obesidad.
El trabajo, cuyos datos publica la revista 'eBiomedicine', se realizó en ratones en los que se evaluaron si los cambios provocados en su microbiota intestinal por un medicamento podían asociarse a un mayor riesgo de obesidad, a pesar de una reducción de la tasa metabólica en reposo, que mide la pérdida de calorías mientras duermen o están descansando.
De este modo, confirmaron el papel clave que juega la flora intestinal en el balance energético y muestra cómo las alteraciones que puedan sufrir están directamente relacionadas con la obesidad.
"Es probable que estas bacterias sean responsables de la pérdida de calorías cuando uno está dormido", ha explicado John Kirby, profesor de Microbiología de la Facultad de Medicina Carver de dicha universidad.
Kirby y su equipo se centraron en el uso de la risperidona, un antipsicótico utilizado para tratar diferentes trastornos mentales como el autismo, la esquizofrenia o el trastorno bipolar que, además, causa un aumento de peso significativo. Además, al estar también aprobado su uso en niños ha propiciado que su consumo haya aumentado casi ocho veces en los últimos 20 años.
En un estudio previo, los investigadores ya habían observado que el aumento de peso relacionado con el uso prolongado de este fármaco se asociaba con un cambio significativo de la composición de su flora intestinal, como demostraron los resultados publicados en 'Translational Psychiatry'.
En este caso, el objetivo era ver qué factores se asociaban a dicho aumento de peso y, tras compararlo con los ratones de un grupo control, vieron que el único factor responsable podía ser la tasa metabólica en reposo.
USARON UN 'CALORIÓMETRO'
Mediante un dispositivo capaz de medir las calorías de estos animales o 'caloriómetro', realizaron mediciones precisas de su consumo de oxígeno, producción de dióxido de carbono para determinar su gasto energético total.
Los investigadores vieron que había pocos cambios en la tasa metabólica en reposo asociados al consumo de oxígeno en los ratones tratados con risperidona, pero sería suficiente como para explicar el aumento de peso de estos animales.
"Se trata de un cambio del 16 por ciento en la tasa metabólica en reposo, que es enorme", ha añadido Justin Grobe, también autor del estudio, que asegura que si se extrapola a humanos sería como un aumento de peso de 29 libras (unos 13 kilos) al año. "Lo que equivaldría a comer una hamburguesa con queso cada día", ha añadido Kirby.
Para demostrar que el cambio en la microbiota era el responsable de este cambio metabólico y el aumento de peso, los investigadores transfirieron el microbioma de los ratones tratados con risperidona a los ratones del grupo control y observaron los mismos efectos.