MADRID 14 Ene. (EUROPA PRESS) -
Fumar y tener altos niveles de presión arterial y colesterol aumenta el riesgo de muerte en los supervivientes a una hemorragia subaracnoidea, tal y como evidencia una investigación realizada por el Instituto Hjelt de la Universidad de Helsinki (Finlandia), el HUCH y el Instituto Nacional de Salud y Bienestar Social de este país nórdico.
Por ello, es "particularmente importante" para estos pacientes que se abstengan de fumar y que cuiden los índices de su presión arterial y su colesterol", explican el miembro del departamento de Neurocirugía del Huch, el doctor Miikka Korja; y el miembro del Instituto Hjelt, el profesor Jaakko Kaprio. Para ellos, estos son los principales factores de riesgo para estos enfermos, "además de la edad".
Este trabajo, que ha sido publicado en la revista 'Neurology', ha examinado la tasa de mortalidad de los pacientes que han sufrido esta patología en Finlandia y que tenían, en el momento de su muerte, entre 25 y 74 años. Todos ellos habían participado entre 1972 y 2007 en el estudio 'Finrisk'.
De las 64.000 personas que tomaron partida en el mismo, "437 sufrieron una hemorragia subaracnoidea durante el período de investigación, y 233 estaban vivos cuando había pasado un año desde este episodio", explican los investigadores. No obstante, de estos últimos, 88 fallecieron tiempo después, por lo que la mortalidad en este grupo "fue de, aproximadamente, el doble en comparación con la de la población general", indican.
Tras analizar las causas de la muerte, los investigadores descubrieron que "el aumento de la mortalidad se debió únicamente a los sucesos mortales en la circulación sanguínea del cerebro, tales como derrames cerebrales o hemorragias internas", Por ello, deducen que el riesgo "se incrementó por el tabaquismo y por niveles altos de colesterol y de presión arterial sistólica".
Ante estas evidencias, los especialistas exponen que intervenir sobre factores de riesgo de eventos vasculares cerebrales "puede prevenir las muertes prematuras de los supervivientes a una hemorragia subaracnoidea". "El estilo de vida y el riesgo se debe discutir con el paciente, ya que son casi tan importantes como el tratamiento de la fase aguda de la enfermedad", concluye Korja.