MADRID, 13 Nov. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud (OMS) expresó este viernes su preocupación por el estado de salud psicológico de más de un millón de personas que aún vive en zonas inundadas varias semanas después de que tres tifones devastaran Filipinas.
Los tres ciclones tropicales en menos de un mes han dejado a comunidades enteras sumergidas en el agua y a otras devastadas por los corrimientos de tierra. Más de un millón de residentes viven aún en zonas con aguas estancadas, mientras hay escasas perspectivas de que el agua pueda drenarse antes de finales de año, según un comunicado de esta agencia de la ONU que señala que hay otras 102.000 personas que permanecen en centros de evacuación, a menudo en condiciones horrendas.
Asimismo, miles de personas corren el riesgo de enfermar de leptospirosis, una enfermedad bacteriana causada por la contaminación del agua con orina de ratas y otros mamíferos. Otras amenazas sanitarias incluyen cólera, dengue, malaria, diarrea, enfermedades cutáneas y respiratorias.
"Muchas de estas personas tendrán ansiedad y tristeza profunda después de la experiencia por la que han pasado", indicó el director regional de la OMS para la zona de Pacífico Occidental, Shin Young Soo. "Es una reacción totalmente normal, pero el peligro es que pueden estar cada vez más frustrados y enfadados si sus necesidades físicas y mentales no se tienen en cuenta mientras los días pasan", añadió.
Los signos de un estado mental en deterioro incluyen insomnio, comportamiento antisocial y tendencias suicidas. "Los trabajadores gubernamentales y las organizaciones humanitarias en la zona deberían estar atentas a estas señales", indicó Shin.
La OMS también advirtió sobre el estrés psicosocial de los trabajadores humanitarios, muchos de los cuales han trabajado sin poder optar a un solo día libre desde que el primer tifón alcanzara el país el 26 de septiembre. "Enfrentarse al peligro y a la miseria humana por días sin término, a menudo sin descansar adecuadamente, se cobra un fuerte peaje emocional a todos los que ayudan", afirmó Shin.
Las informaciones de los medios de comunicación han descrito a los trabajadores humanitarios cavando durante días a través del lodo y las rocas para poder llegar a los supervivientes y sólo para hallar cuerpos en descomposición. Algunas de las personas encargadas de los rescates también presenciaron cómo morían sus compañeros intentando salvar a otros, indica el comunicado de la OMS.
"Las agencias implicadas en la respuesta a las inundaciones pueden apoyar a sus trabajadores para que sean conscientes de estas señales y para poner en marcha los programas adecuados para responder de la forma apropiada", indicó shin.
Los trabajadores de emergencias pueden verse a veces sobrepasados por la escala de los desastres y porque los sufrimientos que han presenciado pueden deteriorarlos. Si esto sucede, indicó Shin, se les debería permitir que se marcharan sin ningún tipo de daño. "Un ayudador disfuncional no ayuda a nadie", añadió.