MADRID, 7 Nov. (EUROPA PRESS) -
Un nuevo estudio sugiere que la fibrilación auricular detectada después de un ictus no es exactamente lo mismo que los latidos cardíacos irregulares ya conocidos antes de un accidente cerebro vascular, todo apunta a que es más benigna, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá).
El estudio, publicado en 'The Lancet Neurology', describe los conocimientos sobre la fibrilación auricular detectada en pacientes que han sufrido un ictus reciente. Así, propone que la fibrilación auricular detectada después de un accidente cerebrovascular presenta características distinta, ya que tiene una menor prevalencia de factores de riesgo, comorbilidades cardiovasculares y cambios asociados con las cámaras superiores del corazón que la fibrilación auricular conocida antes del accidente cerebrovascular.
El estudio, dirigido por el doctor Luciano Sposato, profesor de la Western University, podría explicar potencialmente su asociación con un menor riesgo de sufrir otro accidente cerebrovascular isquémico, que resulta de una arteria bloqueada. "Las diferencias en la naturaleza y los efectos de la fibrilación auricular detectada después de un ictus en comparación con las conocidas anteriormente son significativas", señala el investigador.
El artículo propone una nueva clasificación del ritmo cardíaco y estándares de investigación para guiar la investigación futura en el campo, asegurando un enfoque más específico y efectivo para la prevención secundaria del accidente cerebrovascular.
MEJOR CLASIFICACIÓN, TRATO MÁS PERSONALIZADO
La fibrilación auricular suele ser asintomática en pacientes con accidente cerebrovascular y generalmente ocurre en ráfagas cortas que sólo pueden detectarse mediante una monitorización continua del corazón. El equilibrio entre la duración total de cada uno de esos estallidos de fibrilación auricular y otros factores de riesgo es fundamental para comprender los niveles de riesgo del paciente y diseñar mejores opciones de tratamiento.
En este artículo, los autores utilizaron información de sus propios estudios, reunieron más de una década de intensa investigación en el campo y la complementaron con datos actualizados de otros grupos. Una de las principales conclusiones es que los pacientes diagnosticados con fibrilación auricular después de un ictus generalmente tienen menos problemas de salud asociados y una probabilidad un 26 por ciento menor de sufrir otro ictus que aquellos con fibrilación auricular conocida.
Esta información es crucial para diseñar estrategias de tratamiento más personalizadas y efectivas para los pacientes. "Hasta la fecha, todos los pacientes diagnosticados de fibrilación auricular tras un ictus son tratados con anticoagulantes, salvo cuando existe una contraindicación clara. Esto es lo que recomiendan las directrices nacionales e internacionales actuales. En el futuro, es posible que podamos identificar pacientes con un riesgo relativamente menor que tal vez no necesiten ser tratados con anticoagulantes de inmediato, pero sí necesitarían un seguimiento constante para detectar cambios en su perfil de riesgo", señala Sposato.
Sin embargo, se necesita más investigación para probar este concepto. Las herramientas de diagnóstico basadas en IA son potencialmente revolucionarias. "Estas herramientas pueden identificar a pacientes de bajo riesgo e incluso señalar momentos en los que su riesgo aumenta de forma transitoria o permanente, lo que requiere un cambio en sus medicamentos o estrategias de prevención", añade.
Sposato y sus colegas están realizando actualmente un ensayo clínico piloto para reunir más evidencia sobre la duración óptima y el tipo de monitorización cardíaca prolongada en pacientes con accidente cerebrovascular. El estudio piloto llamado STARGATE (Sweet spoT for Cardiac Rhythm monitoring After sTrokE) cuenta con el apoyo de una subvención inicial de Brain Canada Foundation, el Canadian Stroke Consortium, la Heart & Stroke Foundation y una donación en especie realizada por Medtronic.