MADRID, 6 Nov. (EUROPA PRESS) -
Muchos de los procesos del cuerpo siguen un ritmo diario natural o el llamado reloj circadiano que se basa en ciclos regulares de sueño y vigilia. Ahora, un nuevo estudio encuentra que la función renal puede verse comprometida cuando se altera el sueño, como se expondrá en la Semana Renal que organiza la Sociedad Americana de Nefrología, que se celebra hasta el domingo en San Diego, California, Estados Unidos.
Aunque se ha estudiado ampliamente la interrupción del sueño en las enfermedades cardiovasculares y metabólicas, su vínculo con la patología renal crónica no está claro. Para investigarlo, científicos dirigidos por Ciaran McMullan Joseph, del Hospital Brigham y de Mujeres, en Boston, Estados Unidos, analizaron los datos de 4.238 participantes del Estudio de Salud de las Enfermeras con mediciones de la función renal en al menos dos ocasiones durante un periodo de 11 años.
Los investigadores encontraron que una menor duración del sueño se asoció significativamente con una disminución más rápida de la función renal. A modo de ejemplo, las mujeres que dormían unas 5 horas por noche presentaban un 65 por ciento más de probabilidad de experimentar una rápida disminución de la función renal en comparación con las mujeres que dormían entre 7 y 8 horas durante la noche, después de controlar por diversos factores.
"Este es el primer estudio prospectivo que halla que una menor duración del sueño se vincula con una disminución más rápida de la función renal", afirma el doctor McMullan. "Los hallazgos de este trabajo junto con la investigación de otros expertos sugieren que la fisiología renal puede verse afectada de manera adversa por la interrupción en el sueño, incluyendo la restricción del sueño", concluye.