MADRID 24 Oct. (EUROPA PRESS) -
Los estadounidenses se hidratan más que los europeos, puesto que consumen agua con un promedio de entre 2.84 y 3.91 litros diarios frente a los españoles que toman cerca de dos litros y los italianos que solamente consumen uno. La falta de hidratación puede provocar alteraciones en la eficacia en el trabajo, grado de atención y rendimiento del trabajador.
Además, según datos relativos a la "ingesta total de bebidas", en la tercera edad, la ingesta diaria media es inferior a los adultos jóvenes, tanto en Norteamérica (de 2.14 litros/día a 2.99 litros/día) como en Europa (de 1.61 litros/día a 2.24 litros/día).
En este sentido, el presidente de la Fundación de Investigación de la Nutrición (FIN), el doctor Lluis Serra Majem, ha destacado la importancia de adecuar la hidratación dependiendo del tipo de trabajo que se realice. "Para una misma temperatura de 35º C, un trabajo sedentario puede producir una pérdida de líquidos a través de la sudoración de unos cinco litros mientras que uno intenso podría llegar a unos 16 litros en una jornada", ha concretado.
Ha abogado además por realizar descansos durante el trabajo, "aunque en muchos casos las empresas opinen que sea una pérdida de tiempo y de productividad". Así, Serra Majem ha señalado que "es más probable que el mantenimiento de la hidratación mantenga una productividad suficiente para compensar los descansos, especialmente en ambientes calurosos, con aire acondicionado o con una gran carga de trabajo tanto físico como intelectual".
La deshidratación aumenta el esfuerzo cardiovascular aumentando cuatro latidos al minuto por cada porcentaje de peso corporal perdido, lo que lleva a un aumento de la percepción de fatiga, y en un trabajador deshidratado, puede alterar su productividad laboral.
Durante el 11ª Congreso de la Federación Europea de Sociedades de Nutrición (FENS), que tendrá lugar en Madrid del 26 al 29 de octubre, tendrá lugar el simposio 'Hidratación: un aspecto clave de la nutrición' en el que se abordará la importancia de la hidratación o la situación de España en cuanto a ingesta de líquidos de la población en relación con otros países.