La falta de aire anuncia una peor supervivencia tras un infarto

Archivo - Hombre consulta al médico por un dolor en el pecho.
Archivo - Hombre consulta al médico por un dolor en el pecho. - MOMCILOG/ISTOCK - Archivo
Publicado: miércoles, 23 marzo 2022 7:30

MADRID 23 Mar. (EUROPA PRESS) -

Sólo el 76% de los pacientes con infarto de miocardio cuyo síntoma principal es la disnea o la fatiga siguen vivos al cabo de un año, frente al 94% de los que tienen el dolor torácico como característica predominante, según una investigación presentada en el ESC Acute CardioVascular Care 2022, el congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC).

"La disnea y el cansancio extremo fueron síntomas de infarto más comunes en las mujeres, las personas mayores y los pacientes con otras afecciones como hipertensión arterial, diabetes, enfermedad renal y enfermedad pulmonar --explica el autor del estudio, el doctor Paulo Medeiros, del Hospital de Braga (Portugal)--. Aunque nuestro estudio no demostró que estos síntomas causen un peor resultado, fueron señales de advertencia de un mayor riesgo".

El dolor torácico es la presentación distintiva del infarto de miocardio, pero otras molestias como la falta de aire, el dolor abdominal superior o de cuello, o la pérdida transitoria de conciencia (desmayos) pueden ser el motivo de acudir al servicio de urgencias. Este estudio investigó qué pacientes tienden a presentarse con molestias atípicas y si estos síntomas tienen las mismas consecuencias que el dolor torácico.

El estudio se centró en el infarto de miocardio sin elevación del ST (IAMSEST), un tipo de infarto en el que una arteria que suministra sangre al corazón se bloquea parcialmente. Los investigadores utilizaron datos del Registro Portugués de Síndromes Coronarios Agudos. El estudio incluyó a 4.726 pacientes de 18 años o más ingresados con IAMCEST entre octubre de 2010 y septiembre de 2019.

La edad media de los participantes en el estudio fue de 68 años y el 71% eran hombres. Los pacientes se dividieron en tres grupos según su síntoma principal en el momento de la presentación. El dolor torácico fue el síntoma de presentación más común (4.313 pacientes; 91%), seguido de disnea/fatiga (332 pacientes; 7%) y síncope (81 pacientes; 2%)4.

Los pacientes con disnea/fatiga eran significativamente mayores que los de los otros dos grupos, con una edad media de 75 años en comparación con los 68 años del grupo de dolor torácico y los 74 años del grupo de síncope. Los pacientes con disnea/fatiga eran también más frecuentemente mujeres (42%) en comparación con los pacientes con dolor torácico como síntoma principal (29% mujeres) o síncope (37% mujeres).

En comparación con los otros dos grupos, los pacientes con disnea/fatiga como síntoma principal tenían más probabilidades de padecer hipertensión arterial, diabetes, enfermedad renal crónica y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC).

Los investigadores compararon las tasas de supervivencia entre los tres grupos al año. Un año después del infarto, el 76% de los pacientes del grupo de disnea/fatiga estaban vivos, frente al 94% del grupo de dolor torácico y el 92% del grupo de síncope. Durante el año siguiente al infarto, el 76% de los pacientes del grupo de disnea/fatiga evitaron ser hospitalizados por un motivo cardiovascular, en comparación con el 85% del grupo de dolor torácico y el 83% del grupo de síncope.

El doctor Medeiros señala que "los pacientes que presentaban disnea o fatiga tenían un peor pronóstico que los que presentaban dolor torácico. Tenían menos probabilidades de estar vivos un año después de su infarto y también menos probabilidades de permanecer fuera del hospital por problemas cardíacos durante ese periodo de 12 meses", añade.

A continuación, los investigadores realizaron un análisis multivariante para evaluar si el dolor torácico, la disnea/fatiga o el síncope eran predictores independientes de la supervivencia al año. El análisis se ajustó a la edad, la EPOC, la fibrilación auricular, la fracción de eyección del ventrículo izquierdo, las hemorragias importantes y la taquicardia ventricular. Ninguno de los síntomas resultó ser un factor predictivo independiente.

Medeiros explica que "la falta de aire fue más frecuente entre los pacientes que murieron durante el año siguiente al infarto. Sin embargo, al considerar todas las variables estudiadas, el tipo de síntoma de presentación no fue un factor predictivo independiente de la mortalidad, lo que significa que no podemos afirmar específicamente que la disnea fuera la razón del peor resultado. La peor supervivencia puede deberse a otros factores en esos pacientes, como la reducción de la función de la bomba cardíaca".

"Este estudio pone de manifiesto la necesidad de considerar el diagnóstico de infarto de miocardio incluso cuando la dolencia principal no es el dolor torácico --resalta--. Esto puede ser especialmente importante en el caso de las mujeres y los pacientes de edad avanzada, en los que el diagnóstico podría retrasarse y dar lugar a peores resultados".

En este sentido, apunta que, "además del clásico síntoma de infarto de dolor torácico, presión o pesadez que se irradia a uno o ambos brazos, el cuello o la mandíbula, las personas deben buscar ayuda médica urgente si experimentan una falta de aire prolongada".