MADRID, 20 Nov. (EUROPA PRESS) -
Los factores genéticos de cada persona determinan el 60 por ciento de la variabilidad en los indicadores de obesidad, aunque con el conocimiento actual los expertos solo son capaces de explicar alrededor del 2 por ciento de esta variabilidad, según ha explicado el integrante del Grupo GENUD de la Universidad de Zaragoza, el profesor Luis Moreno.
"Sin embargo, a pesar de estos datos, nuevos factores han sido descritos en los últimos años, como la epigénetica", ha informado Moreno en el simposio dedicado a los factores que determinan el desarrollo de la obesidad, celebrado por la Fundación Iberoamericana de Nutrición (FINUT) en el marco del XVIII Congreso Latinoamericano de Nutrición (SLAN).
Actualmente, los esfuerzos en el área de la obesidad, que tiene un alto impacto en el desarrollo de complicaciones nutricionales y metabólicas, están enfocados a la búsqueda de nuevas estrategias, de tratamiento y de prevención. La grasa parda y la epigenética están siendo determinantes para ello.
La epigenética es el conjunto de procesos químicos que varían según la predisposición de cada persona. Aquellos con más predisposición al sobrepeso tendrán una mayor probabilidad de cambios epigenéticos. "La epigenética condiciona la expresión o no de ciertos genes mediante la exposición de un individuo a unas determinadas condiciones ambientales, entre las que tiene gran importancia la alimentación. Por tanto, es en parte modificable (contrariamente a la información genética, que en principio no lo es) si sometemos al individuo a diferentes estímulos", ha añadido el especialista.
El balance energético, la alimentación y la falta de actividad física son los factores que más influyen en la aparición de obesidad, aunque el efecto de estos no es igual en todas las personas, si no que depende de los componentes genéticos. "Ello plantea la posibilidad de proponer recomendaciones personalizadas sobre ingesta y otros estilos de vida", ha afirmado Moreno.
El profesor también ha añadido que el ambiente uterino condiciona una serie de respuestas metabólicas. "Estas pueden contribuir en algunos individuos al desarrollo de un acúmulo de grasa corporal, que empezará durante los primeros meses de la vida. También en estos meses, el tipo de alimentación (lactancia materna o artificial) condicionará la evolución de la composición corporal del niño".
Respecto a la grasa parda, "se está planteando el papel del tejido adiposo pardo, cuya existencia se ha descrito en los últimos años, ya que es un elemento que influye de manera importante en el metabolismo energético y puede ser decisivo para desarrollar nuevas estrategias terapéuticas y preventivas en relación con la obesidad", ha explicado el Luis Moreno.
RIESGO CARDIOVASCULAR
En el congreso también se ha tratado la relación entre la obesidad y la aparición de complicaciones asociadas al riesgo cardiovascular. "Tanto la obesidad como el síndrome metabólico se asocian a la presencia de una inflamación de bajo grado. Asimismo, también se asocia a la presencia de algunos estilos de vida poco saludables y, por lo tanto, la mejor comprensión de los mismos contribuirá al desarrollo de nuevas estrategias para evitar este fenómeno inflamatorio", ha explicado el catedrático del departamento de Bioquímica y Biología Molecular II de la Universidad de Granada y presidente de la FINUT, el profesor Ángel Gil.
Entre estas estrategias, Gil ha señalado que "se pueden considerar algunos componentes de los alimentos con elevado poder antioxidante, como es el caso del resveratrol. Se ha discutido de manera específica sus efectos a nivel del tejido adiposo y su papel en el desarrollo de la obesidad y sus complicaciones, como un modelo a valorar también en el caso de otros agentes antioxidantes naturales".
ESTADO NUTRICIONAL DE LAS POBLACIONES
Otro simposioo del congreso se ha celebrado para repasar los métodos y técnicas de encuestas alimentarias y su armonización en Europa, así como la construcción de bases de datos de composición de alimentos en base a los estándares de INFOOD (red mundial de expertos en composición de los alimentos cuyo fin es mejorar la calidad, la disponibilidad, la fiabilidad y la utilización de los datos de composición de alimentos) y EuroFIR (asociación Internacional sin ánimo de lucro, encargada en Europa de coordinar las actividades de las bases de datos europeas y velar por su armonización y la calidad de los datos) y su aplicación a una futura armonización de LATINFOODS.
"Es necesario armonizar las técnicas utilizadas en la valoración nutricional de poblaciones entre diferentes países y regiones. La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) ha puesto en marcha distintas iniciativas para unificar la metodología de estas encuestas y establecer estándares para la Unión Europea con dos objetivos principales: hacer comparables los datos de consumo de alimentos en los diferentes estados miembro e iniciar un estudio paneuropeo de consumo alimentario, el Proyecto EU Menú", ha informado el catedrático de Fisiología del Instituto de Nutrición y tecnología de los Alimentos 'José Mataix' (INYTA) de la Universidad de Granada, el profesor Emilio de la Victoria.
En cuanto a la estructura de la dieta española, este experto concluye que "cada vez es más cercana a una dieta occidental globalizada, con alto consumo de alimentos de origen animal y escaso de frutas y verduras. Esto es especialmente cierto en la población adulta joven".