MADRID, 10 Jul. (EUROPA PRESS) -
La menopausia marca un cambio crucial en la vida de las mujeres, con impactos profundos no solo en la salud física, como el aumento del riesgo cardiovascular, sino también en el bienestar emocional. Entender estos efectos es clave para adoptar hábitos que protejan el cuerpo y la mente durante esta etapa de transición.
SOLO 1 DE CADA 5 MUJERES OBTIENE PUNTUACIONES ÓPTIMAS
Durante la transición a la menopausia, solo 1 de cada 5 mujeres obtiene puntuaciones óptimas de salud según la herramienta de evaluación de la salud de la Asociación Americana del Corazón, conocida como Life's Essential 8 (LE8), según concluyen investigadores de la Universidad de Pittsburgh, la Facultad de Medicina Albert Einstein y la Universidad de Baylor (todas en Estados Unidos).
El estudio, que se recoge en un artículo en 'Menopause', muestra que entre los ocho componentes de la herramienta, cuatro de ellos (glucemia, presión arterial, calidad del sueño y consumo de nicotina) son clave para determinar el riesgo cardiovascular futuro, siendo el sueño particularmente crucial para la salud cardiovascular a largo plazo.
"Anteriormente hemos demostrado que la transición a la menopausia es un momento de mayor riesgo cardiovascular", asegura la autora principal, Samar R. El Khoudary, profesora de epidemiología en la Facultad de Salud Pública de la Universidad de Pittsburgh.
El equipo analizó datos de salud recopilados de aproximadamente 3.000 mujeres que participaron en el Estudio de la Salud de la Mujer en Todo el País (SWAN), un estudio longitudinal, multicéntrico y multiétnico en curso sobre mujeres de mediana edad que comenzó en 1996.
Los investigadores compararon las puntuaciones LE8 de las mujeres al inicio, alrededor de los 46 años, con sus trayectorias de salud evolutivas a lo largo del tiempo, desde medidas de enfermedad cardiovascular subclínica, como el aumento del grosor de la arteria carótida, hasta eventos cardiovasculares, incluidos ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, y mortalidad por todas las causas.
El equipo también examinó los impactos de cada uno de los componentes individuales de LE8: nutrición, actividad física, abstinencia de tabaco, sueño, índice de masa corporal, lípidos en sangre, azúcar en sangre y presión arterial.
El análisis mostró que cuatro componentes de LE8 (glucosa en sangre, presión arterial, calidad del sueño y consumo de nicotina) eran los factores más importantes que impulsaban los riesgos cardiovasculares futuros de los participantes del estudio.
Sobre todo, el sueño se reveló como un posible predictor de los efectos a largo plazo de las enfermedades cardiovasculares y la mortalidad por cualquier causa, aunque no se relacionó con los efectos a corto plazo del engrosamiento de la arteria carótida. El equipo descubrió que, en la mediana edad, alcanzar el nivel de sueño saludable, definido en Life's Essential 8 como un promedio de siete a nueve horas para la mayoría de los adultos , puede contribuir a la salud cardíaca y la longevidad de las mujeres, una hipótesis que debería evaluarse en un futuro ensayo clínico, apunta Ziyuan Wang, candidata a doctorado en Salud Pública de Pitt y primera autora.
Las puntuaciones totales bajas de LE8 se correlacionaron con un mayor riesgo cardiovascular, como se esperaba; sin embargo, solo el 21% de las mujeres de mediana edad estudiadas tenían una puntuación LE8 ideal.
EL SUEÑO DE MALA CALIDAD PUEDE DUPLICAR LAS PROBABILIDADES
Durante la menopausia, las mujeres enfrentan un mayor riesgo de problemas cardiovasculares, influido principalmente por cuatro factores clave: niveles elevados de glucosa en sangre, presión arterial alta, consumo de nicotina y, especialmente, una mala calidad del sueño. Aunque todos contribuyen a aumentar el riesgo, la evidencia reciente destaca que el sueño insuficiente o de mala calidad puede duplicar las probabilidades de sufrir enfermedades cardíacas a largo plazo.
Estos hallazgos subrayan la importancia de adoptar hábitos saludables y controlar estos factores durante la transición menopáusica para proteger la salud cardiovascular y mejorar la calidad de vida.
"Dado que las enfermedades cardíacas son la principal causa de muerte en las mujeres, estos hallazgos apuntan a la necesidad de intervenciones médicas y de estilo de vida para mejorar la salud cardíaca durante y después de la menopausia entre las mujeres de mediana edad", finaliza El Khoudary.