MADRID, 2 Oct. (EUROPA PRESS) -
El tricloroetileno (TCE) es una sustancia química utilizada en el desengrasado de metales, la limpieza en seco y otras aplicaciones industriales. Aunque el TCE ha sido prohibido para ciertos usos, sigue utilizándose hoy en día como disolvente industrial y es un contaminante ambiental persistente en el aire, el agua y el suelo de Estados Unidos.
La exposición prolongada al solvente industrial tricloroetileno (TCE) al aire libre puede estar relacionada con un mayor riesgo de enfermedad de Parkinson, según un gran estudio nacional realizado en el del Instituto Neurológico Barrow en Phoenix (Estados Unidos) y publicado en 'Neurology', la revista médica de la Academia Estadounidense de Neurología.
El estudio no demuestra que la exposición al TCE cause la enfermedad de Parkinson, solo muestra una asociación.
"En este estudio nacional de adultos mayores, la exposición prolongada al tricloroetileno en el aire exterior se asoció con un aumento pequeño pero medible del riesgo de Parkinson", informa la autora del estudio, la doctora Brittany Krzyzanowski, del Instituto Neurológico Barrow en Phoenix. "Estos hallazgos se suman a la creciente evidencia de que las exposiciones ambientales pueden contribuir a la enfermedad de Parkinson".
Los investigadores utilizaron datos de Medicare para identificar a las personas mayores de 67 años con diagnóstico reciente de párkinson entre 2016 y 2018. Cada persona se comparó con cinco personas sin la enfermedad. Tras excluir a las personas sin información sobre el código postal 4 de su domicilio, el estudio incluyó a 221.789 personas con párkinson y a más de 1,1 millones de personas sin la enfermedad.
Se cartografió la exposición a concentraciones de TCE en exteriores utilizando datos de la Agencia de Protección Ambiental de EE. UU. y el vecindario residencial de los participantes según su código postal +4. Los niveles de TCE en el aire se estimaron por tramo censal de Estados Unidos, una pequeña área dentro de un condado. La exposición de cada participante se basó en su vecindario dos años antes del diagnóstico.
Los investigadores dividieron a los participantes en 10 grupos según su exposición estimada al TCE. Los del grupo con menor exposición experimentaron niveles de entre 0,005 y 0,01 microgramos por metro cúbico (*g/m*), mientras que los del grupo con mayor exposición tuvieron exposiciones de entre 0,14 y 8,66 *g/m*.
Después de ajustar otros factores que podrían afectar el riesgo de padecer Parkinson, como la edad, los antecedentes de tabaquismo y la exposición a la contaminación del aire por partículas finas, los investigadores descubrieron que las personas expuestas a los niveles más altos de TCE al aire libre tenían un riesgo 10% mayor de padecer la enfermedad de Parkinson en comparación con las personas expuestas a los niveles más bajos.
Los investigadores también identificaron varios puntos geográficos críticos donde los niveles de TCE al aire libre eran más altos, particularmente en la región del Cinturón Industrial de EE. UU. y en zonas más pequeñas a lo largo del país. Posteriormente, analizaron el riesgo de Parkinson en los 16 kilómetros que rodean las tres principales instalaciones emisoras de TCE en EE. UU. desde 2002. En dos de las áreas, el riesgo era mayor cerca de las instalaciones, y en uno de esos sitios, se observó un claro aumento del riesgo a medida que las personas vivían más cerca de la instalación.
"Si bien el aumento del riesgo fue moderado, la gran cantidad de personas expuestas al TCE en el medio ambiente implica que el impacto potencial en la salud pública podría ser considerable", afirma Krzyzanowski. "Esto subraya la necesidad de regulaciones más estrictas y un mayor monitoreo de los contaminantes industriales".
Una limitación del estudio es que se centró únicamente en personas en edad de Medicare, por lo que los hallazgos podrían no ser aplicables a personas más jóvenes o a quienes presentan enfermedad de Parkinson de inicio temprano. Además, las estimaciones de exposición al TCE se basaron en los niveles de aire exterior en 2002 y podrían no reflejar la exposición individual a lo largo de la vida o en interiores.