MADRID, 22 Jun. (EUROPA PRESS) -
Las mujeres que estuvieron expuestas a niveles más altos del pesticida DDT en el útero eran casi cuatro veces más propensas a ser diagnosticadas con cáncer de mama en la edad adulta que las que estuvieron expuestas a niveles más bajos antes del nacimiento, según un nuevo estudio publicado en 'Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism'. Una forma más estrogénica de DDT que se encuentra en el DDT comercial (o,p'-DDT) era en gran parte responsable de este hallazgo.
A pesar de que fue prohibido por muchos países en la década de 1970, el DDT sigue estando de forma generalizada en el ambiente y se sigue utilizando en África y Asia. Muchas mujeres que estuvieron expuestas a este pesticida en el útero, en la década de 1960, cuando se usó ampliamente en Estados Unidos, ahora están llegando a la edad de mayor riesgo de cáncer de mama.
El DDT fue uno de los primeros disruptores endocrinos reconocidos, según la guía de introducción a los productos químicos disruptores endocrinos publicada por la Sociedad de Endocrinología. DDT y plaguicidas relacionados pueden imitar e interferir con la función de la hormona estrógeno. Estudios anteriores han encontrado que la exposición al DDT está vinculada a defectos de nacimiento, reducción de la fertilidad y aumento del riesgo de diabetes tipo 2.
"Este estudio de 54 años es el primero en proporcionar evidencia directa de que la exposición a químicos para las mujeres embarazadas pueden tener consecuencias de por vida para sus hijas en relación al riesgo de cáncer de mama", afirma uno de los autores del estudio, Barbara A. Cohn, del Instituto de Salud Pública en Berkeley, California, Estados Unidos. "Los químicos ambientales son sospechosos desde hace tiempo de provocar cáncer de mama, pero hasta ahora, han sido pocos los estudios en humanos que respaldan esta idea", añade.
El análisis de casos y controles prospectivo, siguiendo a las hijas de las mujeres que participaron en el 'Estudio para el Desarrollo y la Salud Infantil' (CHDS, por sus siglas en inglés) durante 54 años desde el útero. En el CHDS se estudiaron 20.754 embarazos entre las mujeres que eran miembro del Plan de Salud de la Fundación Kaiser desde 1959 hasta 1967. Las participantes del CHDS dieron a luz a 9.300 hijas durante ese periodo.
Para el trabajo publicado en 'JCEM', los científicos utilizaron los registros estatales y un estudio de las hijas mayores de las participantes en CHDS para determinar cuántas fueron diagnosticadas con cáncer de mama a la edad de 52 años. Para determinar los niveles de exposición al DDT en el útero, los autores analizaron muestras de sangre almacenadas gracIas al CHDS para medir los niveles de DDT en la sangre de la madre durante el embarazo o en los días inmediatamente posteriores al parto.
Los investigadores midieron los niveles de DDT en las madres de 118 mujeres que fueron diagnosticadas con cáncer de mama. Los científicos identificaron a 354 hijas que no desarrollaron cáncer para emplearlas como controles y analizaron la sangre de sus madres para compararla.
Los investigadores encontraron que independiente de la historia de la madre de cáncer de mama, los niveles elevados de o,p'-DDT en la sangre de la madre se asociaron con un aumento de casi cuatro veces en el riesgo de la hija de cáncer de mama. Entre las mujeres que fueron diagnosticadas con cáncer de mama, el 83 por ciento tenía cáncer de mama receptor de estrógeno positivo, una forma de cáncer que puede recibir señales de la hormona estrógeno para promover el crecimiento del tumor.
Los investigadores también determinaron que la exposición a niveles altos de o,p'-DDT se vinculó con mujeres que son diagnosticadas con una etapa más avanzada de cáncer. Además, hallaron que las mujeres con mayor exposición a o,p'-DDT eran más propensas a desarrollar cáncer de mama HER2-positivo, en donde las células cancerosas tienen una mutación genética que produce un exceso de una proteína específica. Estudios de investigación básica en los que las células de cáncer de mama se expusieron al DDT han encontrado el plaguicida activa la proteína HER2.
"Este estudio exige un nuevo énfasis para encontrar y controlar las causas ambientales del cáncer de mama que actúan en el útero --dice Cohn--. Nuestros hallazgos deberían impulsar estudios clínicos y de laboratorio adicionales que puedan conducir a la prevención, detección temprana y tratamiento del cáncer de mama asociado con DDT en las muchas generaciones de mujeres que estuvieron expuestas en el útero. También continuamos buscando más productos químicos para ver qué puede afectar al riesgo de cáncer de mama entre los participantes en el estudio".