Exposición al glifosato causa inflamación cerebral y podría acelerar el Alzheimer

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Archivo - Herbicida - MLADENBALINOVAC/ ISTOCK - Archivo
Publicado: jueves, 5 diciembre 2024 7:44

   MADRID, 5 Dic. (EUROPA PRESS) -

    En nuevo estudio, el investigador de la Universidad Estatal de Arizona (Estados Unidos) Ramón Velazquez y colaboradores del Instituto de Investigación Genómica Traslacional (TGen), parte de City of Hope (Estados Unidos), demuestran que los ratones expuestos al herbicida glifosato desarrollan una inflamación cerebral significativa, que está asociada con enfermedades neurodegenerativas.

   Los hallazgos sugieren que el cerebro puede ser mucho más susceptible a los efectos dañinos del herbicida de lo que se creía anteriormente, tal y como se recoge en 'Journal of Neuroinflammation'.

   En concreto, la investigación identifica una asociación entre la exposición al glifosato en ratones y los síntomas de neuroinflamación, así como una patología acelerada similar a la enfermedad de Alzheimer. Este estudio rastrea tanto la presencia como el impacto de los subproductos del glifosato en el cerebro mucho después de que termina la exposición, mostrando una serie de efectos persistentes y dañinos sobre la salud cerebral.

   El cerebro humano es un órgano increíblemente adaptable, capaz a menudo de curarse a sí mismo incluso de traumas importantes. Sin embargo, por primera vez, una nueva investigación demuestra que incluso un breve contacto con un herbicida común puede causar daños duraderos en el cerebro, que pueden persistir mucho después de que finalice la exposición directa.

   En este trabajo, la exposición al glifosato en ratones también provocó muerte prematura y comportamientos similares a la ansiedad, lo que reproduce los hallazgos de otros que examinaron la exposición al glifosato en roedores. Además, los científicos descubrieron que estos síntomas persistían incluso después de un período de recuperación de seis meses durante el cual se interrumpió la exposición.

    De esta forma, la investigación demostró que un subproducto del glifosato, el ácido aminometilfosfónico, se acumuló en el tejido cerebral, lo que generó serias preocupaciones sobre la seguridad de la sustancia química para las poblaciones humanas.

    "Nuestro trabajo contribuye a la creciente literatura que destaca la vulnerabilidad del cerebro al glifosato", declara Velazquez. "Dada la creciente incidencia del deterioro cognitivo en la población que envejece, en particular en las comunidades rurales donde la exposición al glifosato es más común debido a la agricultura a gran escala, existe una necesidad urgente de más investigaciones básicas sobre los efectos de este herbicida".

   Los hallazgos del equipo se basan en investigaciones anteriores que demuestran un vínculo entre la exposición al glifosato y un mayor riesgo de trastornos neurodegenerativos. Cabe recordar que el glifosato es el herbicida más utilizado en el mundo, y se emplea en cultivos como el maíz, la soja, la remolacha azucarera, la alfalfa, el algodón y el trigo. Desde la introducción de cultivos tolerantes al glifosato (modificados genéticamente para que puedan ser rociados con glifosato sin morir) en 1996, el uso de este producto ha aumentado, y sus aplicaciones se han concentrado principalmente en el ámbito agrícola.

    La Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer clasifica al glifosato como "posiblemente cancerígeno para los humanos", y las investigaciones emergentes, incluido este estudio, apuntan a su papel potencial en el empeoramiento de las enfermedades neurodegenerativas al contribuir a patologías como las que se observan en la enfermedad de Alzheimer.

   En este caso, los experimentos se llevaron a cabo durante 13 semanas, seguidas de un período de recuperación de seis meses. El principal metabolito, el ácido aminometilfosfónico, se detectó en los cerebros de ratones normales y transgénicos con patología de Alzheimer. Los ratones transgénicos están modificados genéticamente para portar genes que hacen que desarrollen síntomas similares a los del Alzheimer a medida que envejecen. Esto permite a los investigadores estudiar la progresión y los efectos de la enfermedad en un entorno de laboratorio controlado.

Los investigadores probaron dos niveles de exposición al glifosato: una dosis alta, similar a los niveles utilizados en investigaciones anteriores, y una dosis más baja, cercana al límite utilizado para establecer la dosis aceptable actual en humanos.

   Esta dosis más baja siguió produciendo efectos nocivos en el cerebro de los ratones, incluso después de que la exposición cesara durante meses. Si bien los informes muestran que la mayoría de los estadounidenses están expuestos al glifosato a diario, estos resultados muestran que incluso un período breve podría causar daños neurológicos.

   El glifosato provocó un aumento persistente de los marcadores inflamatorios en el cerebro y la sangre, incluso después del período de recuperación. Esta inflamación prolongada podría impulsar la progresión de enfermedades neurodegenerativas, incluido el Alzheimer, lo que indica que incluso la exposición temporal al glifosato puede provocar procesos inflamatorios duraderos que afectan la salud cerebral.

   A modo de conclusión, los datos destacan que la exposición al glifosato puede ser un problema de salud importante para las poblaciones humanas. Los investigadores subrayan la necesidad de una vigilancia continua y una vigilancia intensificada de los efectos neurológicos y otros efectos negativos a largo plazo del glifosato para la salud.