MADRID, 28 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación del Colegio de Medicina de la Universidad de Cincinnati (UC), en Estados Unidos, sugiere que la exposición prenatal a los retardantes de llama y las sustancias perfluoroalquilo (PFAS) que se encuentran comúnmente en el medio ambiente tienen un efecto duradero en el desarrollo cognitivo y el comportamiento de un niño, conocido como función ejecutiva.
El estudio, publicado esta semana en 'Environmental Research', evaluó los niveles de éteres polibromados de difenilo (PBDE) y PFAS presentes en las madres durante el embarazo y en sus hijos durante varios años utilizando cuestionarios informados por los padres para registrar alteraciones en la función ejecutiva, el proceso mental empleado en este enfoque, la memoria de trabajo, la delegación de tareas y control emocional.
Utilizados como retardantes sintéticos de llama en una serie de productos de consumo, incluyendo espumas de poliuretano que se encuentran en los sofás y tapizados, las alfombras, la electrónica y algunos textiles, los PBDE se han detectado en el medio ambiente, ya que que entran en el aire, el agua y el suelo por el desgaste de los productos de consumo.
Los seres humanos están expuestos a los PBDE a través de la ingestión de polvo y la dieta. Los PBDE se acumulan en las grasas y varios estudios han indicado que la exposición prenatal a PDBE es tóxica para el sistema nervioso en desarrollo. Los PFAS, también analizados en el estudio, se pueden encontrar en el agua y los productos repelentes de manchas, incluyendo envolturas de comida rápida, productos de limpieza, espumas de extinción de incendios, tapicería y utensilios de cocina antiadherentes.
"Hemos examinado la relación entre la exposición prenatal a los PBDE y PFAS y la función ejecutiva en niños a los 5 y 8 años de edad", explica Ann Vuong, investigadora postdoctoral en el Departamento de Salud Ambiental de la Universidad de Cincinnati. "Los resultados sugieren que las concentraciones séricas maternas de PBDE y sulfonato de perfluorooctano (PFOS), uno de los PFAS más comúnmente hallados en la sangre humana, pueden estar asociadas con un peor funcionamiento ejecutivo en niños en edad escolar", señala.
La muestra del estudio consistió en 256 pares de madres e hijos inscritos en el estudio 'Health Outcomes and Measures of the Environment' (HOME), una cohorte de nacimiento prospectivo en curso en el área metropolitana de Cincinnati. El estudio HOME siguió a sus participantes durante aproximadamente las 16 semanas de gestación a los 8 años de edad, examinando sus asociaciones con la función endocrina, la cognición, el aprendizaje y la memoria, las habilidades motoras, de atención, función ejecutiva y comportamiento.
"Teniendo en cuenta la persistencia de PBDE y PFAS en el medio ambiente y en el cuerpo humano, los déficit observados en la función ejecutiva pueden tener un gran impacto en la población. Se necesita más investigación para entender y clarificar el impacto en la población de su potencial neurotoxicidad", concluye Vuong.