La exposición es más elevada en ambientes urbanos y durante el día
BARCELONA, 28 May. (EUROPA PRESS) -
Un estudio sitúa la exposición de niños y niñas europeas a campos electromagnéticos muy por debajo de los máximos recomendados, según las mediciones obtenidas de más de 500 menores de cinco países --incluyendo España-- que comprenden diferentes fuentes como teléfonos móviles, antenas de telefonía móvil y wifi.
El trabajo, que publica 'Environment International', ha sido liderado por el Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por la Fundación Bancaria La Caixa, y confirma que la población infantil europea está expuesta a mayores niveles de campos electromagnéticos de radiofrecuencia en las ciudades, pero su exposición total está muy por debajo los límites de referencia.
Las nuevas tecnologías móviles de comunicación representan la principal fuente de campos electromagnéticos de radiofrecuencia (RF-EMF, por sus siglas en inglés) a los cuales está expuesta la población, siendo especialmente preocupantes los efectos en la salud a largo plazo de este tipo de exposición, especialmente a edades tempranas, cuando los órganos y el cerebro se están desarrollando.
Por lo tanto, los estudios que caracterizan la exposición a RF-EMF en la infancia se han convertido en prioridad para la Organización Mundial de la Salud (OMS).
El objetivo del estudio fue medir la exposición ambiental a RF-EMF en 529 niños y niñas entre 8 y 18 años de edad, en Dinamarca, Países Bajos, Eslovenia, Suiza y España.
"EXPOSÍMETROS" PORTÁTILES
La exposición personal a radiofrecuencias (entre 87,5 MHz y 6 GHz) se midió con "exposímetros" portátiles que los niños y niñas llevaban en su cintura o en una mochila durante el día y dejaban al lado de su cama durante la noche, durante tres días consecutivos.
La utilización de dispositivos portátiles (como teléfonos móviles) y fuentes de RF-EMF en casa se evaluó con un diario de actividades y un cuestionario, y se definieron seis tipos de bandas de frecuencia: la total y las relacionadas con teléfonos inalámbricos; antenas de radio y televisión; teléfonos móviles; antenas de telefonía móvil o estaciones base, y wifi.
Los resultados muestran que el promedio de exposición personal total fue de 75,5 microWatts por metro cuadrado (W/m2), un valor muy por debajo del nivel de referencia de 4,5 a 10 W/m2 establecido por la Comisión Internacional para la Protección contra Radiación No-Ionizante (ICNIRP).
Las antenas de telefonía móvil son las que más contribuyeron a la exposición total, seguidas de las antenas de radio y televisión (principalmente frecuencias FM), contribuyendo muy poco el wifi y los teléfonos inalámbricos.
En general, la exposición fue más elevada en los ambientes urbanos, fuera de casa, durante desplazamientos movimientos, y durante el día en comparación con la noche.
La investigadora de ISGlobal y última autora del estudio Mónica Guxens ha especificado que en el trabajo "no se han medido las dosis que recibe el niño o la niña, por ejemplo, cuando acerca el móvil a la cabeza durante una llamada, y que son probablemente mayores".
Los resultados también indican que las mediciones de la exposición ambiental total, así como la proveniente de antenas de radio/televisión y de antenas de teléfono móvil, fueron reproducibles de un año al otro.
La investigadora de ISGlobal y primera autora del estudio, Laura Ellen Birks, ha destacado que "el mundo científico necesita seguir evaluando las exposición a RF-EMF en la población infantil, ya que el uso de los dispositivos y las fuentes seguramente variarán en los próximos años".