MADRID 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
Expertos han afirmado que establecer los parámetros de normalidad microbiana es el "gran reto" de la investigación en microbiota, mientras que el gran descubrimiento de los últimos años ha sido conocer que son las bacterias y microorganismos que viven en nuestro organismo los que tienen funciones especialmente claves para nuestro sistema inmunitario.
"Hoy, hemos entendido que el mundo animal, y también el vegetal, tiene una relación de simbiosis con el mundo bacteriano que nos beneficia", introduce el doctor Francisco Guarner, investigador del Vall d'Hebron Institut de Recerca y miembro del Consorcio Internacional del Microbioma Humano, quien ha participado en un curso organizado por el Instituto Danone.
En la actualidad, está ampliamente demostrado que entre el 70% y el 80% de las células inmunitarias residen en la microbiota de nuestro tubo digestivo y es reconocido el gran valor que tienen los llamados bióticos (probióticos, prebióticos, simbióticos y postbióticos) para modular esa microbiota y proteger la capacidad de defensa de nuestro organismo. Así, hoy cada vez más se utilizan los diferentes prebióticos y postbióticos para reforzar la salud.
"No se trata solamente de proporcionar vitaminas, proteínas, grasas o hidratos de carbono, sino de optimizar la funcionalidad de los microorganismos y otras sustancias presentes en esos alimentos: un probiótico que mejora el sistema inmune, un prebiótico que esté mejorando el tipo de bacterias que tenemos dentro o un postbiótico que tiene un efecto directo comparable al efecto de un fármaco. De algún modo, hemos comprendido que la alimentación funcional es entender que los alimentos tienen también ciertos efectos farmacológicos que podemos aprovechar", reconoce Guarner.
Según los expertos, la ciencia todavía trabaja para entender todo el valor que representa la microbiota en el ser humano. "Probablemente, una lista detallada de bacterias no nos servirá para decir si una persona está bien o no, sino que tendremos que entender bien qué funciones está desarrollando su microbiota y qué estabilidad tiene", sentencia .
Por supuesto, esto es más complejo de descifrar que solo el nombre y número de las bacterias que tiene alguien en su tubo digestivo. "Es muy difícil establecer esos parámetros, porque si comparamos tanto personas que viven en distintas zonas del planeta -especialmente si la comparativa se hace entre países más avanzados con otros en vías de desarrollo- como si lo hacemos con personas que viven en la misma ciudad, y siendo todas ellas personas sanas, pueden tener en común menos del 5% de bacterias, y de esas bacterias habrá quien tenga 10.000 unidades y quien solo tenga una", explica.
El estudio de la microbiota es un área con 20 años de desarrollo, pero tan compleja que sus investigadores todavía tienen un largo camino hasta lograr definirla al completo. "Hasta hace bien poco los libros de medicina solo reconocían que la microbiota era algo muy complejo de entender y que apenas tenía valor para el organismo humano", recuerda Guarner.
Por esta razón, conscientes de la importancia de la formación continuada sobre este campo entre los profesionales sanitarios, el Instituto Danone en colaboración con Danone Specialized Nutrition ponen en marcha para el próximo mes de octubre el curso 'Cuidando la microbiota desde el comienzo de la vida', en formato 'on line', que contará con el aval de la SEMIPYP y que está pendiente de su acreditación por parte de la Comisión de Formación Continuada de las Profesiones Sanitarias del Sistema Nacional de Salud.