Expertos señalan que la carencia de vitaminas puede producir fatiga, ánimo decaído o falta de tono muscular

Actualizado: lunes, 11 mayo 2009 14:30

SEFAC lleva a cabo una campaña para ayudar al farmacéutico en su labor de asesoramiento y concienciación acerca de las necesidades nutritivas

MADRID, 11 May. (EUROPA PRESS) -

La carencia de vitaminas puede producir fatiga, ánimo decaído, falta de tono muscular y alteraciones en la conducta, según destacó hoy la Sociedad Española de Farmacia Comunitaria (SEFAC) en un comunicado, con motivo de la undécima entrega de la campaña Recomendaciones SEFAC a la población a las carencias vitamínicas, sus consecuencias para la salud y su solución, que tiene el objetivo de ayudar al farmacéutico en su misión de asesorar y concienciar a pacientes y familiares de la importancia de cubrir las necesidades vitamínicas de una forma correcta.

La ficha ofrece una serie de consejos útiles y prácticos para prevenir y solucionar carencias vitamínicas. Así, se destaca que existen casos en los que una persona puede necesitar un aporte vitamínico para prevenir un estado carencial, por aumento de la actividad física o mental, por disminución del aporte calórico por algún motivo determinado, después de un proceso infeccioso, en momentos de astenia o debilidad, embarazo o lactancia. Es entonces cuando existen complejos vitamínicos que el médico o farmacéutico recomendarán, analizando las necesidades concretas de cada paciente.

Uno de los aspectos que destaca la ficha, que cuenta con el patrocinio de Bayer HealthCare, es la frecuencia con la que se piensa que los cereales, el pan, las patatas, las legumbres secas y los productos lácteos no desnatados son alimentos que engordan, y por ello se suele prescindir de ellos en muchas dietas para adelgazar, y apunta que también es frecuente la ingesta insuficiente defrutas y verduras.

Sin embargo, según afirmó el farmacéutico comunitario de Madrid y coordinador científico de la campaña, Alejandro Eguilleo, rambas prácticas son erróneas, debido a que la ausencia de estos alimentos provoca carencias vitamínicas. "Las vitaminas tomadas en la cantidad diaria recomendada (CDR) no entrañan ningún peligro para su salud", señaló y añadió que "este podría venir derivado de un mal uso de las mismas, tomadas en dosis excesivas o durante más tiempo del recomendable y sin control por parte del médico o farmacéutico".

En este sentido, destaca la importancia de seguir una dieta rica en verduras y frutas para evitar el déficit de determinadas vitaminas; no quitar la piel a la fruta, ya que en ella es donde se acumulan la mayoría de vitaminas y minerales; evitar cocinar los alimentos en exceso, ya que la temperatura o el tiempo excesivo de cocción pueden destruirlas; lavar las verduras recién compradas con agua hirviendo para mejorar su conservación y evitar el deterioro enzimático y moderar el consumo de tabaco y alcohol, que aumenta las necesidades vitamínicas, sobre todo del grupo B, ácido fólico y vitamina C.

ENERGÍA, PROTECCIÓN DE MUCOSAS Y BUEN ESTADO DE PIEL

Según destacan los expertos, las vitaminas son micronutrientes esenciales en la dieta, ya que el organismo es incapaz de fabricarlas por sí mismo. Entre sus funciones destacan la participación en el buen funcionamiento del sistema inmunitario, la absorción del calcio para la formación del hueso, la ayuda para obtener energía a partir del metabolismo de los alimentos, la protección de las mucosas, el favorecimiento o el buen estado de la piel. Por ello, para asegurar un aporte adecuado es importante una dieta variada y equilibrada, pero el ritmo de vida actual ha provocado un aumento de la demanda de complementos alimenticios en la farmacia.

Dentro de estos productos destacan los complejos vitamínicos como tales o asociados a sustancias como el gingseng, los ácidos grasos poliinsaturados omega 3 y 6 o la coenzima Q 10, útil en la obtención de energía y con un destacado papel antioxidante. En algunas situaciones, las necesidades de vitaminas pueden estar aumentadas, como en la etapa de crecimiento, el embarazo o la lactancia.

Por otro lado, la ficha destaca la población anciana, debido a que en muchas ocasiones su dieta es monótona e incluso insuficiente por dificultades para la masticación, menor apetito y polimedicación, y señala que uno de los síntomas más frecuentes del déficit de vitaminas suele ser la sensación de cansancio o agotamiento.