MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -
Expertos reunidos en la V Jornada de Actualización en Artritis Idiopática Juvenil, organizada el pasado viernes en Valencia por la Sociedad Española de Reumatología Pediátrica (SERPE) y Aspanijer (Asociación de Padres de Niños y Jóvenes con Enfermedades Reumáticas de la Comunidad Valenciana), con la colaboración de la compañía biofarmacéutica AbbVie, han destacado la importancia del control estrecho de la en artritis idiopática juvenil para evitar secuelas.
"La AIJ precisa monitorización de por vida tanto en épocas de actividad como de remisión, por la posibilidad de que se presente un brote y la necesidad de controlarlo. Con ello, podemos evitar secuelas que pueden ser producidas por la propia evolución natural de la enfermedad, como las erosiones en las articulaciones y los daños oculares que pueden llevar al paciente a una pérdida de visión", ha comentado el jefe de sección y responsable de la Unidad de Reumatología Pediátrica del Hospital Universitari i Politècnic La Fe de Valencia, Inmaculada Calvo.
Asimismo, los especialistas han recordado que el diagnóstico precoz continúa siendo un área de mejora en el campo de la reumatología por la necesidad de acortar los tiempos entre el inicio de los síntomas y la instauración de un tratamiento.
"Es fundamental que los pediatras de Atención Primaria conozcan las enfermedades reumáticas para poder realizar una identificación precoz de estos pacientes y establecer una coordinación asistencial con la Unidades de Reumatología Pediátrica, dada la complejidad del manejo de estas patologías. Para ello, es necesario establecer criterios de derivación y protocolos de actuación", ha enfatizado la experta.
EL IMPACTO PSICOSOCIAL DE LA AIJ
Por otra parte, prosigue, al impacto físico que provoca la enfermedad hay que sumar el psicosocial, ya que los niños y adolescentes tienen dificultades para integrarse en actividades que otros niños sí pueden realizar sin sufrir dolor.
"Las familias se enfrentan a un diagnóstico de enfermedad crónica en un niño que suele cursar a brotes durante su vida. Las visitas al médico son por tanto continuas y los niños pueden tener dificultades físicas en el caso de que les quede alguna secuela de los brotes como cojera o incluso problemas oculares que afecten a su visión. Estos niños pueden tener problemas escolares por las continuas ausencias y falta de autoestima", ha apostillado la vocal de la junta directiva de Aspanijer, Lucía Verdejo.
Finalmente, las expertas han recordado que el establecimiento precoz de una estrategia terapéutica favorece el pronóstico de la AIJ, ya que su carácter autoinmune e inflamatorio está relacionado con una mayor persistencia de las complicaciones que este tipo de patologías producen.
"La novedad más importante, dentro del abordaje terapéutico de los pacientes con AIJ, ha sido la utilización de las terapias biológicas ya que a estos niños y adolescentes les ha cambiado la vida, en cuanto a la mejora de la calidad de vida y el alcance de la remisión", ha zanjado Calvo.