Expertos aseguran que los efectos de la cocaína pueden hacerse latentes hasta 8 años después de su consumo

Actualizado: viernes, 10 septiembre 2010 16:48

PAMPLONA, 10 Sep. (EUROPA PRESS) -

Varios especialistas médicos y dedicados a la lucha contra la drogadicción han coincidido en advertir de la gravedad del consumo de cocaína, una "droga silenciosa" por la aparente invisibilidad de sus efectos y que puede provocar daños de salud mental incluso ocho años después de su consumo.

La consejera de Salud del Gobierno de Navarra, María Kutz, ha presidido una nueva jornada de 'Desayunos con Salud' dedicada a analizar el consumo de cocaína y sus efectos, con la participación de Fermín Castiella, director del Plan Foral de Drogodependencias; José Domingo Cabrera, subdirector de Salud Mental del Servicio Navarro de Salud, y Alfonso Arana, presidente del Proyecto Hombre en Navarra.

La consejera de Salud ha advertido del daño que puede ocasionar esta droga, "aunque haya personas que piensen que por consumirla no pasa nada", y ha indicado que puede derivar en euforia, depresiones y psicosis incluso ocho años después de su consumo. Asimismo, ha resaltado que ocasiona "graves problemas de salud" como infartos cerebrales y cardiovasculares.

El 15 por ciento de los jóvenes de entre 15 y 29 años han tomado alguna vez cocaína, según los datos de la Encuesta de Juventud 2007-2008 que ha ofrecido Fermín Castiella.

En los casos extremos, este consumo provoca una forma específica de psicosis llamada cocaínica, caracterizada por delirios sensitivos y síntomas paranoides que, por último, pueden provocar daños permanentes en el sistema cognitivo del individuo. Otros efectos asociados son la ansiedad y la depresión.

Los expertos han coincidido en explicar en que no existe un patrón que permita asociar la cantidad de consumo con sus posteriores efectos y han advertido de que una sola noche de consumo podría bastar en algunas personas con determinadas características para provocar daños.

Fermín Castiella ha indicado que el consumo de cocaína ha crecido en los últimos años tras verse asociado al "éxito" y a personalidades del papel cuché, y rodeado de "un halo de bondad que hacía su consumo apetecible al resto de mortales que no aparecerían en el papel cuché".

Castiella ha enfatizado que el hecho de que la cocaína se haya extendido entre personas con menos posibilidades económicas hace más visibles sus efectos, puesto que si el consumidor tiene una buena posición social tiene más opciones para tratar los daños y ocultarlos.

Como método de prevención frente a la cocaína, el director del Plan Foral de Drogodependencias ha abogado por "modificar el modelo de ocio" partiendo de un "espíritu crítico". "Hay que plantear a los jóvenes estrategias de reflexión", ha dicho, para explicar, por ejemplo, que se debe dar a conocer que la coca se recolecta por menores de edad que atraviesan por muy precarias condiciones.

Además, ha abogado por la labor de educación en la familia y en el colegio. Respecto a los padres, ha dicho que tienen que "preocuparse" por este tema "desde que el niño tiene nariz, no desde que le empiezan a salir los pelos en la barba" y ha subrayado la importancia de guiarse por "el sentido común". "Nuestros padres no fueron a una escuela de padres y nosotros no hemos salido tan tarados", ha dicho, aunque ha señalado que el modelo de sociedad no es igual que el de ahora.

Respecto a la escuela, ha explicado que desde el Plan Foral de Drogodependencias se ofrece formación y asesoramiento al profesorado y se le facilita material para abordar esta cuestión.

PROYECTO HOMBRE

Por su parte, Alfonso Arana, presidente del Proyecto Hombre en Navarra, ha explicado que esta organización atendió en 2009 a 240 personas por efectos del consumo de estimulantes, principalmente la cocaína, de los que el 80 por ciento eran varones. Del total, 190 requirieron atención ambulatoria y 50 fueron internados en la comunidad terapéutica que esta asociación tiene en Estella.

La edad media de las personas atendidas era de 32 años para los pacientes ambulatorios y de 36 para los residentes y habían comenzado el consumo de manera ocasional hacia los 18 años. En las últimas fases, estos pacientes llegan a consumir veinte días al mes y del orden de 6 gramos semanales.

Alfonso Arana ha explicado que los efectos de este consumo no son sólo clínicos ya que tienen importantes derivaciones familiares y económicas, y también legales y laborales. Éstas últimas se han detectado en el 50 por ciento de los pacientes ingresados en la comunidad de Proyecto Hombre.