MADRID, 16 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un equipo de expertos internacionales ha realizado una revisión, publicada en la revista científica 'Journal of General Virology', que analiza dónde se han producido las mutaciones, a qué parte del virus afectan y cómo las variantes resultantes podrían afectar a los esfuerzos de vacunación. Según los autores, se esperan más mutaciones en el SARS-CoV-2, ya que el virus se está adaptando a los humanos.
"La secuenciación de los coronavirus estacionales humanos no se ha hecho a una escala como la del SARS-CoV-2, sobre todo cuando se han propagado inicialmente a los humanos. El SARS-CoV-2 se encuentra en el inicio de su andadura en el ser humano, mientras que otros coronavirus humanos existen, en algunos casos, desde hace muchas décadas", señalan.
"A medida que aparecen más y más variantes, estamos obteniendo una mejor imagen de sus similitudes y diferencias compartidas y podemos predecir mejor cómo serán otras nuevas variantes. Reunir toda esta información también nos ayudará a diseñar vacunas de refuerzo que protejan contra el mayor número posible de variantes o a diseñar diagnósticos específicos", afirman en su artículo.
De la misma forma, esgrimen que varias variantes con mutaciones iguales o similares han surgido de forma independiente en distintos países. "Es probable que el SARS-CoV-2 aún esté encontrando su camino en los humanos en términos de infección y transmisión óptimas. La escala del brote y los esfuerzos de secuenciación masiva identificarán mutaciones concurrentes; básicamente, el virus está sufriendo los mismos tipos de presiones de selección en cualquier parte del mundo, y el brote fue todo sembrado por el mismo virus original", explican los autores.
Entre las mutaciones de especial interés se encuentran las de la proteína de la espiga. Esta proteína permite al virus entrar en las células del huésped y es el principal objetivo del sistema inmunitario, incluida la inmunidad generada por todas las vacunas actuales contra el SARS-CoV-2.
Las mutaciones en el gen que codifica la espiga podrían cambiar la forma de la proteína, permitiendo que deje de ser reconocida por el sistema inmunitario. Dado que esta proteína es tan importante para la entrada del SRAS-CoV-2, las mutaciones favorables tienen más probabilidades de tener éxito y crear nuevas variantes dominantes del virus.
Los cambios que dan una ventaja al virus pueden convertirse rápidamente en dominantes. Por ejemplo, una mutación, denominada D614G, se encontró en el 80 por ciento de los virus del SARS-CoV-2 secuenciados solo cuatro meses después de su detección. Ahora, los virus sin la mutación D614G solo se ven comúnmente en partes de África.
Otra mutación, N501Y, se encuentra en la variante B.1.1.7 del SARS-CoV-2. Se cree que esta mutación es el resultado de la infección de un individuo inmunodeprimido y puede contribuir a que el virus sea más contagioso. Las infecciones con esta variante tienen una mayor tasa de mortalidad. En el Reino Unido, la B.1.1.7 se convirtió en la variante dominante en tres meses y ahora es responsable de más del 90 por ciento de las infecciones.