MADRID 17 May. (EUROPA PRESS) -
Expertos han apostado por incrementar la utilización de opioides en determinados pacientes de los que sufren dolor reumatológico crónico (15%)porque, a su parecer, esta dolencia se trata "habitualmente de forma inadecuada" y "un mayor control terapéutico del dolor, quizás a través de analgésicos más potentes como los opioides, podría mejorar significativamente la calidad de vida" de estos enfermos.
Así lo ha indicado la doctora Concepción Pérez, de la Unidad del Dolor del Hospital de La Princesa de Madrid, en el marco del XXXVII Congreso Nacional de la Sociedad Española de Reumatología (SER), celebrado recientemente en Málaga, en el que ha lamentado que el uso de estos medicamentos en España todavía es "muy bajo" --no llega al 6 por ciento-- en comparación con otros países europeos, donde se sitúa "en torno al 40 por ciento".
Según la experta, su poco uso se debe "al desconocimiento que hay por parte de los profesionales sanitarios y de los pacientes". "Uno de los principales problemas es la mala prensa que los acompaña, ya que muchos pacientes temen una posible adicción o que posteriormente otras medicaciones no tengan efecto", ha advertido.
"Al tomar un opioide siempre hay un riesgo de adicción, pero es muy pequeño y se puede predecir", ha asegurado. Asimismo, ha apuntado que estos medicamentos actúan sobre todo a nivel del sistema nervioso central (SNC), produciendo analgesia y evitando el dolor. "El dolor crónico se trata habitualmente de forma inadecuada, a pesar de la existencia de tratamientos efectivos y seguros", ha destacado.
Por otro lado, ha lamentado el "importante desconocimiento" que existe por parte de los médicos, ya que en la carrera "no hay una enseñanza reglada del tratamiento del dolor con todos los opioides disponibles en el mercado", al tiempo que ha criticado la "dificultad" de recetarlos, "porque llevan consigo un complejo sistema burocrático que ralentiza su correcto uso".
No obstante, "como cualquier fármaco", la doctora Pérez ha mencionado los efectos secundarios "más frecuentes" de los opioides, como los gastrointestinales --estreñimiento, náuseas y vómitos--; mientras que al actuar en el SNC también pueden producir mareos y somnolencia y, a largo plazo, pueden provocar algún efecto neuroendocrino.