El 15% de la población puede sufrir efectos adversos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es alergia
MADRID, 22 Oct. (EUROPA PRESS) -
La mayor parte de las alergias a medicamentos se producen por el uso no necesario de fármacos o por el abuso en su ingesta, hecho que se da con mucha frecuencia, sobre todo en el tratamiento de enfermedades respiratorias, según manifestaron los expertos que participan en el Symposium Internacional de Alergia a Medicamentos que se está celebrando en Logroño, en el que participan más de 800 especialistas en alergología nacionales e internacionales.
En este sentido, el doctor Joaquín Martín Lázaro, alergólogo del Hospital Arquitecto Marcide en Ferrol (La Coruña), advirtió de que tomar antibióticos para combatir una infección de tipo vírico es infructuoso pero, en contrapartida, puede ocasionar una alergia al fármaco con un uso prolongado y recurrente. "El método para evitar una alergia o una reacción adversa con medicamentos consiste en tomar sólo los estrictamente necesarios, según las indicaciones del médico en cuanto a vía de administración, dosis, intervalo y duración del tratamiento", aconsejó.
Estos expertos recuerdan que un 15% de la población española puede sufrir alguna reacción adversa a fármacos, aunque sólo en un 7% de los casos se confirma que es realmente una alergia. En general, las reacciones adversas a los medicamentos son comunes y casi cualquier fármaco puede causarlas, desde una irritación o efectos secundarios leves, tales como náuseas y vómitos, hasta una anafilaxia potencialmente mortal.
"Todo el mundo debe saber que cualquier medicamento es capaz de provocar una reacción en el organismo, sea alérgica o no, y es una razón más para no automedicarse y para acudir al médico ante cualquier duda de salud para que él nos aconseje de la mejor manera", alertó el doctor Martín Lázaro. Tal es el caso del consumo de analgésicos, con o sin receta, cuyo significativo aumento está provocando cada vez más casos de reacciones alérgicas.
"Si se piensa en la cantidad de medicamentos que se consumen diariamente en el mundo, la incidencia de reacciones adversas es pequeña y, de ésas, sólo una pequeña parte son verdaderamente alérgicas, por lo que el papel del alergólogo consiste en intentar descubrir cuáles son verdaderamente alérgicas y cuáles no, aconsejando al paciente la forma de evitar nuevas reacciones en el futuro", señala este especialista.
IMPORTANTE LA HISTORIA CLINICA
Para realizar un correcto diagnóstico de esta patología es fundamental contar con una historia clínica completa e información detallada del fármaco o fármacos sospechosos, así como de la enfermedad por la cual se indicó el tratamiento, del espacio de tiempo entre la toma del medicamento y la aparición de los síntomas presentados, de la duración de los mismos y de la necesidad de tratamiento para controlarlos (antihistamínicos, corticoides*)
De hecho, según estos expertos, el estudio de la alergia a medicamentos representa un reto importante para el alergólogo por los continuos cambios que se producen en este campo: aparecen nuevos medicamentos que potencialmente pueden producir reacciones alérgicas, pero también nuevas enfermedades que precisan a su vez terapias con nuevos fármacos. Por ello es necesaria una investigación permanente, tanto clínica como experimental, para comprender los mecanismos responsables de los efectos indeseables (de naturaleza alérgica o no) que puede producir un medicamento.
"La alergia a medicamentos está expuesta a distintas interpretaciones y rumores que se extienden más rápido que las evidencias con fundamento científico", afirmó el doctor Martín Lázaro. En el caso concreto de las vacunas infantiles, por lo general, son bien toleradas y no presentan efectos adversos más allá de lo que es el dolor del propio procedimiento o reacciones locales leves como hinchazón, enrojecimiento y fiebre. Otros efectos secundarios suelen ser moderados y no dejan secuelas permanentes. Como con cualquier otro medicamento, existe la posibilidad de reacción grave (anafiláctica) a la propia vacuna o a alguno de sus componentes.
En este sentido, la vacuna triple vírica en niños alérgicos al huevo era una de las grandes temidas pero, tras revisar los casos referidos de reacciones adversas, se observó que en la mayoría de las reacciones adversas con las vacunas se dieron en niños no alérgicos a huevo y, en un gran porcentaje de ellos, se encontró alergia a la gelatina, al antibiótico neomicina o a otros componentes de la vacuna. De hecho, recordó que el comité asesor de vacunas de la Asociación Española de Pediatría recomienda vacunar a todos los niños de forma habitual y remitir al hospital a vacunar a los niños con alergia a huevo demostrada y grave.