Los expertos alertan del aumento de las infecciones de las uñas por hongos en verano, sobre todo en playas y piscinas

Actualizado: jueves, 25 junio 2009 15:28

Más de 1,3 millones de españoles sufren este problema, que puede acabar con la extirpación quirúrgica de la uña

MADRID, 25 Jun. (EUROPA PRESS) -

La llegada del verano "dispara" el número de infecciones por hongos en uñas de pies y manos entre la población --las denominadas onicomicosis, que afectan a 1,3 millones de españoles cada año--, sobre todo por el aumento en este tiempo de factores de riesgo como la humedad (35%), la asistencia a baños públicos, playas o piscinas (23%), la mala higiene personal (16%) y la falta de precauciones específicas de los grupos vulnerables, sobre todo los mayores (11%).

Esta es la advertencia que realizaron hoy los doctores Luis Olmos, dermatólogo y profesor emérito de la Facultad de Medicina de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), y Paloma Casado, médico de Atención Primaria y vicepresidenta primera de la Asociación Española de Médicos de Atención Primaria (SEMERGEN), quienes presentaron en rueda de prensa la campaña 'No escondas tus uñas'.

Las onicomicosis son las infecciones por hongos que pueden producirse en las uñas de pies o manos y que, en un primer momento, se manifiestan como lesiones indoloras que los pacientes perciben como un simple problema estético --ya que la uña pierde su color natural y se deforma--, pero que, de no recibir tratamiento médico, puede producir un dolor que altera la forma de caminar, ser causa de otras infecciones y llegar a requerir la extirpación de la uña.

Cerca del 7 por ciento de las consultas que se realizan al dermatólogo lo hacen por un problema en las uñas. De estos pacientes, el 65 por ciento sufre onicomicosis, en la mayoría de los casos en las uñas de los pies (60%), a causa de hongos denominados dermatofitos, y el resto en las de las manos (40%), por cándidas.

Según precisó el doctor Olmos, "la infección por dermatofitos es más frecuente en varones que en mujeres y en los pies que en las manos, en mayores de 40 años que en jóvenes, aunque las cifras son relativas, según los factores de riesgo. Las cándidas son más frecuentes en mujeres y el 70 por ciento se localizan en las manos, por trabajar con agua, mala manicura o uso de guantes de goma".

LOS PELIGROS DE UNA MALA MANICURA

Frecuentar baños , piscinas o playas sin las precauciones higiénicas adecuadas, como llevar chanclas; llevar zapatos que no transpiren lo suficiente, como las zapatillas de deporte, o que compriman en exceso el pie, como los tacones terminados en punta, pueden favorecer la aparición de este tipo de infecciones.

Asimismo, realizarse una "mala manicura", en la que se produzcan cortes y se utilicen demasiadas lacas; no secarse correctamente pies y manos a la salida de la ducha y no emplear jabón para arrastrar la suciedad; o comerse las uñas, la llamada onicofagia, son también factores que elevan el riesgo de coger y contagiar estos hongos.

No acudir al médico a tiempo suele ser la causa de que muchas de estas infecciones acaben agravándose y acabar por complicar el diagnóstico y también el tratamiento, ya que un paciente con un caso grave de onicomicosis necesita tratamiento oral además de tópico. Asimismo, puede generar otros problemas de salud, como una uña encarnada, la infección de uñas vecinas y la amputación de la misma.

Para la doctora Casado, lo importante es que los pacientes se den cuenta de que esta infección no es sólo un problema estético y acudan al médico para su detección precoz, ya que, de lo contrario, "puede representar un problema importante para el paciente, manifestándose con dolor, alternaciones en la forma de caminar, ser causa de otras infecciones y tener que recurrir a la extirpación de la uña".

También pueden surgir más complicaciones con la automedicación, ya que cada paciente necesita un tratamiento específico según su caso, y con el incumplimento terapéutico, una situación que se da en demasiadas ocasiones por culpa del hecho de que curar estas infecciones requiere, al menos de seis meses de tratamiento y de esperar a que la uña afectada crezca para ver su evolución.

"En general, no se necesita tratamiento oral y basta con la aplicación local de una laca que contenga amorolfina. El problema es que hay que tener paciencia, ya que las uñas crecen muy lentamente y hasta que no se reemplaza la parte enferma no se resuelve la infección", indicó este dermatólogo, quien recalcó que aplicar la amorolfina dos veces por semana "es sencillo", aunque a veces es necesario hacerlo durante un periodo de entre seis y nueve meses.