MADRID, 25 Jun. (Europa Press) -
El ayuno diario durante un mes desde el alba hasta que se pone el sol, práctica integrada en la celebración musulmana del Ramadán, puede perjudicar la salud de las personas afectadas por diabetes, según los expertos; no obstante las complicaciones pueden evitarse si el propio paciente hace un control glucémico exhaustivo y ajusta correctamente los fármacos a la nueva forma de comer, entre otras medidas.
EL AYUNO DEL RAMADÁN
La directora del centro médico D-médical, Pilar Martín Vaquero, advierte sobre los riesgos que puede ocasionar para una persona con diabetes unirse al Ramadán: "el ayuno acelera los riesgos metabólicos al estimularse la glucogenolisis y la lipolisis". Esto hace que "se generen cuerpos cetónicos, aumenta el catabolismo proteico y hay riesgo de cetoacidosis, ya que el cuerpo no puede usar la glucosa debido a que no hay insulina o ésta es insuficiente", explica la especialista.
Otro peligro para el paciente, según la directora, es el que trae consigo la "descompensación de la enfermedad" debido a las ingentes cantidades de alimentos ricos en grasas y en azúcares de absorción rápida que toman durante la noche.
En algunos casos, los ejercicios para intentar compatibilizar la enfermedad con el nuevo hábito alimenticio no son válidos. Para Vaquero, "la salud y la religión deben ir de la mano. Por ello, no todos los pacientes con diabetes podrán seguir los preceptos de esta celebración".
La responsable de D-médical propone algunas recomendaciones para los musulmanes con diabetes que se decidan a ejercer el ayuno a partir del 28 de junio. Entre ellas están la ingesta de alimentos ricos en fibra (legumbres, verduras, frutas, etc.), hidratarse convenientemente, evitar el excesivo ejercicio físico y romper el ayuno si se producen hipoglucemias.