Las nuevas investigaciones se basan en las defensas naturales del organismo
SANTANDER, 21 Jun. (EUROPA PRESS) -
El coordinador de la Red de Investigación en Sida del Instituto de Salud Carlos III de Madrid, José Alcamí, ha asegurado este lunes en Santander que la ciencia trabaja a "contrarreloj" para desarrollar una vacuna definitiva en la prevención del virus basada en las defensas naturales del organismo.
En una rueda de prensa celebrada con motivo de su participación en el encuentro 'Vacunas para el siglo XXI' de la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP), ha explicado que las nuevas líneas de investigación frente al virus se basan en la "caracterización" de anticuerpos "muy eficaces" y de "gran actividad" frente al virus que producen el 5% de los infectados.
Esto permitirá estudiar su comportamiento y diseñar una nueva generación de vacunas que permita inducir este tipo de anticuerpos de gran potencia capaces de bloquear el VIH, según han señalado en sendos comunicados el Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA) y la UIMP.
"Los modelos de vacuna con los que hemos tenido grandes éxitos en otras enfermedades infecciosas no sirven para un virus que tiene nuevos mecanismos de escape", ha afirmado.
Según ha dicho, a diferencia de otros virus o infecciones bacterianas, como la gripe, la hepatitis B, la difteria o el tétanos, el de la Inmunodeficiencia Humana tiene "unas características biológicas muy diferentes" que le permiten esconderse del ataque del sistema inmune.
"De ahí que en los últimos años no haya habido grandes avances al respecto", ha añadido.
Sin embargo, el coordinador ha explicado que, hoy en día, los científicos conocen "mucho mejor el virus" por lo que, en su opinión, se "ha dado un giro" a la "historia de fracasos" que caracterizaba estas investigaciones.
Ha señalado que ahora los científicos entienden por qué han fracasado experiencias anteriores, lo que permitirá encontrar vacunas "más eficaces".
Este especialista ha explicado que los tratamientos actuales han permitido cronificar la enfermedad hasta el punto de que, en la actualidad, la esperanza de vida en estos pacientes es, según ha dicho, casi similar a la de las personas no infectadas y se sitúa en los setenta años.
"Aún así, existen todavía diez años de vida que hay que ganar y es que el virus no sólo envejece el sistema inmune, sino que provoca una envejecimiento precoz en diez años aproximadamente de todo el organismo debido a la sobrecarga y el estrés que supone enfrentarse a la infección", ha remarcado.
En estos pacientes se ha observado además un mayor riesgo tumoral y de enfermedades cardiovasculares que en personas no infectadas.
VACUNAS TERAPÉUTICAS
Por otra parte, ha señalado que otro campo de investigación son las vacunas terapéuticas frente al VIH que, a diferencia de las preventivas, están indicadas en personas ya infectadas por el virus.
"El mecanismo de acción es distinto porque en este caso lo que se busca es reforzar el sistema inmune del enfermo para controlar el virus. En cualquier caso, esta vacuna no lograría curarlos, pero sí les permitiría dejar de medicarse", ha señalado Alcamí.
Ha reconocido, sin embargo, que los avances en este campo son "muy modestos" y sus beneficios no justifican por el momento aplicar este tipo de vacunas a todos los pacientes infectados.
PREVENIR EL CONTAGIO
Pese a los nuevos avances en el campo de la investigación, "la lucha contra el SIDA empieza por prevenir el contagio.
Según ha dicho, es "muy importante" que la población tome conciencia de los riesgos porque "aunque hoy en día la gente no muere de SIDA, el tratamiento tiene efectos secundarios y el organismo paga un alto precio, que es el aumento de otras enfermedades".
En los últimos años, la incidencia por el virus VIH "ha aumentado" al producirse nuevas infecciones y una de las causas es la percepción social de que la infección por el VIH ya no se trata de una enfermedad mortal".
En el encuentro con los medios, Alcamí ha estado acompañado por el jefe del Servicio de Microbiología del Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Raul Ortiz de Lejarazu, y el coordinador del Grupo de Estudio de Vacunación en el Adulto (GEsVA), Ramón Cisterna.