MADRID 15 Oct. (EUROPA PRESS) -
El estudio de los niveles de vitamina D en el organismo puede servir como marcador para predecir un mayor riesgo de sufrir algunos tipo de cáncer, como el de mama o el de colon, y el desarrollo de otras patologías de origen inmunológico, según destacó hoy el especialista en Medicina Interna y fundador del Instituto de Artritis de Michigan (Estados Unidos), James Down, durante el Congreso Nacional de Laboratorios Clínicas que se celebra en Valencia.
Según explicó este experto, la función de la vitamina D no está solo limitada a mantener una normal mineralización ósea, sino que se trata de "un nuevo marcador revelador de nuestro estado de salud actual" y del pronóstico que tienen los individuos de sufrir nuevas enfermedades.
Diferentes estudios norteamericanos confirman que existe una clara relación entre niveles bajos de vitamina D y el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y enfermedades autoinmunes como el cáncer, la esclerosis múltiple, la artritis reumatoide y la diabetes, algo preocupante dado que hasta un 70 por ciento de la población europea y estadounidense sufre déficit de vitamina D.
Esta sustancia orgánica la produce el organismo cuando nos exponemos a los rayos UVA del sol, y se sintetiza para después llegar al hígado y riñones donde se "activa" como vitamina. "El problema es que la población y los hábitos de vida modernos evitan que no se tome el sol necesario (10 minutos diarios), ni se combina con la dieta adecuada para que nuestro organismo produzca vitamina D en cantidades suficientes para garantizar un buen estado de salud", explicó este investigador.
Además, a medida que las personas envejecen disminuye la capacidad de la piel para convertir la luz solar en vitamina D y la capacidad del riñón para transformar esta vitamina en su forma activa.
Para este internista y reumatólogo, en la mayoría de los países europeos, incluido España, no se están midiendo bien los niveles de vitamina D y se suelen tener en cuenta los valores de vitamina D3, lo cual puede llevar a graves errores diagnósticos, cuando a su juicio la clave del éxito clínico consiste en detectar con exactitud los niveles de vitamina D total, que agrupa la vitamina D2 y la vitamina D3.