MADRID 9 Sep. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Fisiología del Ejercicio en la Universidad Europea e investigador el Instituto de Investigación Sanitaria del Hospital 12 de octubre (i+12) Alejandro Lucía ha destacado que prescribir intervenciones "individualizadas" de actividad física puede ayudar a mejorar la salud de las personas y prevenir enfermedades.
Lucía es el coordinador del 'Informe Anticipando: Actividad Física de Precisión en la Medicina del Futuro', que ha impulsado el Observatorio de Tendencias en la Medicina del Futuro de la Fundación Instituto Roche para explorar el potencial de la actividad física de precisión como una intervención adaptable y complementaria al tratamiento farmacológico y quirúrgico.
En este contexto, el especialista ha detallado que incorporar la actividad física de precisión como estrategia de Salud Pública no solo mejora la salud a nivel individual, sino que tiene un impacto directo y significativo en la salud de la población y puede contribuir a la sostenibilidad y eficiencia del sistema sanitario en su conjunto.
En este sentido, ha resaltado sus beneficios en la prevención de enfermedades cardiovasculares, metabólicas, neurológicas, musculoesqueléticas y ciertos tipos de cáncer.
Sobre el paciente oncológico, el ejercicio ha empezado a consolidarse como un componente más del abordaje integral, aplicándose antes, durante y después del tratamiento. Además, Lucía ha añadido que la actividad física ha demostrado asociarse con un riesgo entre un 10 y un 20 por ciento inferior de desarrollar cáncer de mama, colon, endometrio, vejiga y estómago, entre otros.
Al hilo, el experto ha comentado algunos de los últimos avances en investigación, que han revelado que la actividad física se vincula con una reducción de la inflamación crónica asociada al cáncer o que puede fortalecer el sistema inmunológico, beneficiando el curso de la enfermedad.
Una vez finalizada la terapia, la práctica continuada de actividad física también ayuda a reducir el riesgo de recurrencia tumoral y el desarrollo de nuevos cánceres.
BENEFICIOS EN ENFERMEDADES CARDIOVASCULARES
En paralelo, Lucía ha resaltado que la práctica de actividad física regular también es beneficiosa para las enfermedades cardiovasculares, reduciendo entre un 30 y un 50 por ciento el riesgo de desarrollarlas, y entre un 30 y un 40 por ciento la mortalidad asociada.
"En el caso del infarto agudo de miocardio, su práctica puede disminuir el riesgo entre un 26 y un 38 por ciento", ha precisado agregando que, en insuficiencia cardíaca, el ejercicio disminuye un 15 por ciento el riesgo de hospitalización y muerte, y un 11 por ciento en el contexto de rehabilitación cardíaca.
Del mismo modo, ha subrayado que las adaptaciones fisiológicas derivadas de la actividad física favorecen la prevención y el tratamiento de patologías metabólicas como la obesidad y la diabetes tipo 2 y otras patologías relacionadas.
Por otra parte, ha puesto el foco en las enfermedades neurodegenerativas y ha apuntado a las conclusiones de estudios recientes que desvelan que practicar ejercicio al menos dos veces por semana se asocia con una reducción del riesgo de deterioro cognitivo y demencia de entre un 33 y un 38 por ciento.
En el caso del Parkinson, la asociación es de hasta el 34 por ciento; en el ictus, de entre el 25 y el 30 por ciento; y en esclerosis múltiple, puede reducir las recaídas hasta en un 27 por ciento.
Con todo, el profesor ha puntualizado que aún son necesarias mayor apoyo institucional, más investigaciones y mayor formación de los profesionales para implementar la actividad física de precisión como herramienta preventiva y terapéutica de referencia.