MADRID 5 Dic. (EUROPA PRESS) -
El nefrólogo del Hospital Universitario Clínico San Carlos (Madrid), José A. García Donaire, ha avisado, durante una conferencia celebrada en el XX Congreso anual de la Sociedad de Reumatología de la Comunidad de Madrid (SORCOM), que las alteraciones metabólicas afectan especialmente a pacientes con enfermedades reumáticas debido a que suman un "mayor riesgo sobre el árbol vascular".
Y es que, tal y como ha explicado, las patologías reumáticas más frecuentes tienen una situación de inflamación crónica, a la que se suma la propia de las alteraciones del metabolismo, por lo que la posibilidad de dañar la circulación arterial es mayor. De hecho, las alteraciones metabólicas generan un aumento de la glucosa en sangre, así como una disfunción de las grasas circulantes, especialmente las más favorecedoras de trombos.
"El riesgo asociado a estos pacientes consiste en la posibilidad de desarrollar lesión de órganos diana (riñón, corazón y cerebro) tras el diagnóstico de los factores de riesgo. La aparición de patología metabólica añade riesgo a su enfermedad de base. El mal control de la glucemia, lípidos y peso empeora el pronóstico de la población general y, en particular, de los pacientes con enfermedades reumáticas", ha comentado.
Dicho esto, el doctor ha subrayado la "gran relevancia" que tiene el diagnóstico de alteraciones metabólicas en los pacientes con enfermedades reumáticas por el riesgo añadido que generan a la patología de base. "La prevención, la detección precoz de las mismas y el tratamiento óptimo puede lograr mejorar la evolución de las alteraciones metabólicas asociadas a las enfermedades reumáticas", ha dicho.
Así, ha subrayado la importancia del manejo multidisciplinario entre especialistas y la comunicación con el paciente y su médico de Atención Primaria para evitar el desarrollo de enfermedades metabólicas. "Una vez diagnosticadas, deben individualizarse a la patología reumatológica concreta y corregir dichas alteraciones siendo muy cautelosos con la farmacología", ha señalado.
Respecto a las novedades en este ámbito, el especialista ha asegurado que están relacionadas con la investigación de unas hormonas que produce el tejido graso o adiposo (llamadas adipokinas), las cuales están relacionadas con la posibilidad de aumentar el riesgo cardiovascular y tienen una comunicación directa a nivel cerebral para el control de la saciedad.