MADRID 31 Jul. (EUROPA PRESS) -
El verano es una época en la que algunas afecciones son más frecuentes, bien porque se pasa más tiempo al aire libre o porque se está expuesto al agua de piscina o del mar, según ha advertido el oftalmólogo de la clínica Miranza IOA, Pedro Arriola, que ha recomendado protegerse de la exposición solar, entre otros consejos para no comprometer la salud de los ojos.
Los problemas oculares más comunes durante el verano son la introducción de cuerpos extraños en los ojos, como la sal del mar o la arena; los orzuelos –a menudo en niños– que se producen por una infección en las glándulas sebáceas del párpado, generalmente debido a una bacteria llamada estafilococo; la conjuntivitis alérgica, como resultado del contacto con agentes alérgenos como el cloro y la conjuntivitis irritativa –especialmente en niños- como consecuencia de la exposición al sol y al cloro, lo que podría provocar una queratitis o inflamación en la córnea.
A este respecto, Arriola ha aconsejado usar gafas de sol homologadas y adquiridas en establecimientos especializados, así como gorras o viseras que complementen la protección contra la radiación solar, la cual podría provocar patologías como cataratas y cánceres oculares. En la piscina o en el mar, también es fundamental el uso de gafas de natación homologadas, con el objetivo de evitar el contacto directo con el cloro, que irrita la conjuntiva, causando ojos rojos, molestias o picor, y la sal.
Además, ha destacado que se evite el uso de lentes de contacto dentro del agua, ya que puede provocar importantes problemas de visión. El principal riesgo está en el desarrollo de infecciones, especialmente en las piscinas. Arriola ha insistido en la importancia de este mensaje, ya que "hay un protozoo de vida libre, una ameba que puede producir infecciones en el ojo y son mucho más frecuentes en pacientes que llevan lentes de contacto".
Por otra parte, es fundamental mantener una correcta higiene, tener las manos limpias y lavar los ojos después de bañarse en el mar o en la piscina, además de no compartir la toalla. Del mismo modo, hay que evitar frotar los ojos en caso de que se introduzcan cuerpos extraños en ellos como consecuencia del viento, el agua del mar o la arena. Si esto sucede, lo más recomendable es aclarar con abundante agua y, si la molestia persiste, acudir a un oftalmólogo.