CÓRDOBA 11 Ago. (EUROPA PRESS) -
El golpe de calor es la forma más grave de las patologías derivadas de las temperaturas altas, llegando a poder provocar un fallo multiorgánico si no se detecta y trata a tiempo. Así lo ha avisado el jefe de servicio de Urgencias del Hospital Quirónsalud Córdoba, el doctor Francisco Sánchez, quien ha recordado que "en estas situaciones el tiempo es determinante para evitar consecuencias graves e incluso la muerte".
Según informa el Hospital Quirónsalud una nota, el doctor ha apuntado que el cuerpo mantiene su temperatura interna estable gracias a mecanismos de autorregulación como la sudoración o la redistribución del flujo sanguíneo. No obstante, cuando las condiciones ambientales son extremas --altas temperaturas, humedad y/o poca ventilación-- o existen factores de riesgo personales, estos mecanismos pueden fallar, provocando un "colapso térmico" que puede conllevar un golpe de calor.
El golpe de calor sucede cuando la temperatura corporal supera los 40ºC y el organismo pierde su capacidad de termorregulación. "Puede presentarse con síntomas neurológicos como desorientación, somnolencia, convulsiones o incluso coma", ha explicado Sánchez, remarcando que uno de los signos "más graves" es la ausencia de sudor, un indicador de que el sistema ha dejado de funcionar con "normalidad".
Asimismo, el especialista ha advertido de que existen dos tipos de golpe de calor, el clásico o pasivo, frecuente en personas mayores que tienen enfermedades previas y que permanecen en ambientes calurosos sin climatización, y el activo o por esfuerzo, siendo más habitual en personas jóvenes que hacen ejercicio o actividad intensa sin aclimatación previa.
En ambos casos, la atención médica debe ser con efecto inmediato. Un tratamiento precoz puede evitar complicaciones graves como el daño cerebral, renal o cardíaco. "Ante cualquier sospecha, hay que actuar rápido: colocar a la persona a la sombra, retirarle la ropa innecesaria, iniciar hidratación si está consciente y refrescar zonas clave como cuello y axilas. Si está inconsciente, nunca se deben administrar líquidos y hay que colocarla en posición lateral de seguridad", ha recomendado el doctor.
PERSONAS ESPECIALMENTE VULNERABLES ANTE EL CALOR
Los mecanismos de control térmico no tienen el mismo funcionamiento en todas las personas, por eso existen colectivos especialmente expuestos a sufrir patologías por calor como las personas mayores y niños pequeños, --ellos pueden no sentir sed ni sudar, aunque estén deshidratados, pacientes con enfermedades crónicas (cardíacas, respiratorias, renales, diabetes, cáncer)-- personas que viven solas o en situación de exclusión social, aquellas que toman medicación que altera la regulación térmica, trabajadores expuestos al sol o deportistas que realizan actividad intensa sin aclimatación adecuada.
Además del golpe de calor, existen otras enfermedades que se asocian a la exposición prolongada a elevadas temperaturas, que igualmente necesitan atención médica. El colapso por la calor es el más frecuente, que se manifiesta con síntomas como el cansancio, sed intensa, cefalea, náuseas, calambres y temperatura normal o moderadamente elevada.
De esta forma, el agotamiento por la calor aparece con sudoración excesiva, mareos, piel fría, debilidad o vómitos. El síncope por calor supone la pérdida breve de consciencia que requiere valoración de forma urgente si no se recupera rápido. Y los calambres y edemas, aunque considerados leves, pueden ser signos iniciales de un cuadro de mayor gravedad si no se corrigen a tiempo.
El doctor Sánchez ha insistido en que la "mejor herramienta" ante el calor es la prevención y ha señalado algunas medidas "clave" como beber agua con frecuencia, aunque no se tenga sed, evitar salir entre las 12,00 y las 18,00, y no hacer ejercicio físico de intensidad en ambientes calurosos o con mala ventilación.
Además, "es recomendable utilizar ropa ligera, de tejidos naturales y colores claros, mantener los espacios ventilados y bien refrigerados, proteger a personas mayores, niños y pacientes crónicos, y asegurar la correcta conservación de alimentos para evitar intoxicaciones", ha aconsejado.
El cambio climático ha provocado un incremento en la intensidad, duración y frecuencia de las olas de calor, lo que ha obligado a la población a extremar las precauciones. El doctor ha calificado el calor como "incómodo" y "riesgo real para la salud", animando a que hay que "aprender a reconocer sus efectos, vigilar a los más vulnerables y actuar con rapidez ante cualquier síntoma".