Experta avisa de que el 50% de los niños con apnea del sueño padece obesidad

OBesidad infantil
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Actualizado: jueves, 28 septiembre 2017 14:42


MADRID, 28 Sep. (EUROPA PRESS) -

La coordinadora del Grupo de Trabajo de Sueño y Ventilación de la Sociedad Madrileña de Neumología y Cirugía Torácica (Neumomadrid), Mª Fernanda Troncoso Acevedo, ha avisado de que el 50 por ciento de los niños con apnea del sueño padece obesidad.

El síndrome de apneas-hipopneas durante el sueño (SAHS) infantil afecta al cuatro por ciento de la población en edades comprendidas entre los dos y los seis años, y en los últimos tiempos se ha situado como una patología emergente por sus graves consecuencias para la salud de los niños. De hecho, se ha convertido no sólo en una entidad relativamente prevalente, sino también en una enfermedad asociada a múltiples comorbilidades que pueden alcanzar implicaciones hasta la edad adulta.

"Las repercusiones médicas del SAHS incluyen complicaciones cardiovasculares, como alteraciones en la función ventricular del corazón y elevaciones discretas de la presión arterial, además de retraso en el crecimiento. Desde el punto de vista neuroconductual, está plenamente demostrado que los niños con SAHS pueden presentar problemas de aprendizaje, con disminución del rendimiento escolar y labilidad emocional", ha detallado.

Aunque hasta hace poco tiempo el conocimiento del SAHS en la infancia ha estado muy limitado, la doctora ha asegurado que "no es difícil" diagnosticarlo. Precisamente, prosigue, desde hace unos años, diferentes colectivos científicos han hecho un esfuerzo para difundir los conocimientos en torno a esta entidad.

"Hoy en día, una actitud expectante y conservadora frente a los trastornos respiratorios del sueño en la infancia no está justificada. Su prevalencia y sus consecuencias en la calidad de vida del niño y su entorno obligan a un diagnóstico y tratamiento tempranos", ha añadido la experta.

Como en los adultos, la prueba de referencia para el diagnóstico del SAHS infantil es la polisomnografía (PSG) nocturna. No obstante, como es impracticable realizar una PSG nocturna al 2-3 por ciento de la población infantil, se han desarrollado y perfeccionado técnicas o test de cribado, así como herramientas más simples que permiten alcanzar resultados diagnósticos fidedignos, reservando las técnicas más complejas y/o costosas para aquellos niños en los que las pruebas simples no aportan un diagnóstico certero o para aquellos en los que el resultado de las técnicas complejas puede condicionar la terapia.

LOS SÍNTOMAS DEL SAHS EN NIÑOS

El ronquido es uno de los síntomas cardinales en cualquier edad, pero la excesiva somnolencia diurna típica del adulto por una mala calidad de sueño es difícil de detectar mediante una encuesta clínica en niños. Además, en la edad pediátrica son frecuentes las alteraciones de conducta, como irritabilidad o agresividad, y las neurocognitivas, como alteración de la memoria e inatención, el deterioro de la inteligencia general, problemas de aprendizaje, somnolencia en clase y cambios en el estado de ánimo.

No obstante, la gran mayoría de niños con SAHS no presenta ningún síntoma diurno, por lo que la especialista de Neumomadrid ha destacado la importancia de que las familias observen por la noche el sueño y la respiración del menor.

"Las posiciones durante el sueño con el cuello hiperextendido, boca abajo con las rodillas debajo del tórax, semisentado o con varias almohadas dan pistas sobre un posible trastorno porque son posiciones inconscientes que realiza el niño durante el sueño buscando una mejor ventilación. Otros síntomas son los despertares frecuentes durante el sueño en un niño que previamente dormía bien y presencia de enuresis (hacerse pis en la cama) secundaria", ha recalcado.

Además, en el examen físico, el especialista debe evaluar la presencia de respiración bucal no coincidente con procesos catarrales y la presencia de hipertrofia adenoamigdalar, así como la anatomía craneofacial.

Respecto al tratamiento, la doctora ha informado de que dado que el SAHS en el niño no es consecuencia de una única causa, sino de la asociación de diferentes factores etiopatogénicos (anatómicos, mecánicos, neurológicos o genéticos), hay más de una opción. Además, y debido a que la hipertrofia adenoamigdalar es la principal causa, la adenoamigdalectomía (la extirpación de las amígdalas y adenoides) es el tratamiento de elección.

"Consigue la normalización del cuadro respiratorio nocturno, de la sintomatología diurna y la reversión, en muchos casos, de las complicaciones cardiovasculares, alteraciones neurocognitivas, retraso en el crecimiento y enuresis", ha apostillado la especialista de NEUMOMADRID. La eficacia de esta intervención, que suele ser ambulatoria, es de, aproximadamente, el 80 por ciento de los casos de SAHS infantil.

La presión positiva continua en la vía aérea (CPAP) constituye la segunda línea de tratamiento del SAHS en la infancia. Generalmente, está indicada en niños con obesidad, alteraciones craneofaciales o enfermedades neuromusculares añadidas a la hipertrofia adenoamigdalar o sin hipertrofia adenoamigdalar.

"En todo niño obeso, la dieta es una de las primeras medidas terapéuticas, aunque, al igual que en el adulto, la pérdida de peso y la terapia posicional son poco efectivas", ha comentado Troncoso Acevedo, para zanjar informando que el tratamiento ortodóntico puede ser útil en niños con anomalías craneofaciales que constituyan factores de riesgo del SAHS.